Vista lateral de la locomotora Lluchmayor de los Ferrocarriles de Mallorca. Parece que el fogonero intenta ajustar la válvula de admisión de la caldera a martillazo limpio. Fotografía de FerranLlauradó. Archivo Museo Vasco del Ferrocarril
Ayer, 6 de octubre de 1916 se conmemoraba la inauguración del primer tramo del ferrocarril
de Palma de Mallorca a Santanyí. Se trata de la sección que enlazaba la
estación de la capital insular con Llucmajor.
Llucmajor
era, a finales del siglo XIX, la cuarta población en número de habitantes de la
isla, por lo que no es de extrañar que ya en 1879 se estudiara el paso del
futuro tren de Palma a Manacor por esta localidad. Sin embargo, la vía a
Manacor finalmente se construyó a partir de la línea ya existente a Inca y lo
mismo sucedió cuando, en 1892, la línea de Felanitx también dejó de lado a
Llucmajor.
La
aprobación de la Ley de Ferrocarriles Secundarios y Estratégicos de 1908, que
incluía la construcción del ferrocarril de Palma a Santanyí, permitiría que,
finalmente, Llucmajor se viera incluida en la red ferroviaria mallorquina.
Gracias a la garantía de interés del 5% del capital invertido en su
establecimiento, la Compañía de los Ferrocarriles de Mallorca decidió implicarse
en el proyecto, cuya redacción encomendó a su director vitalicio, el ingeniero
Eusebi Estada, que estimó un coste de ejecución de 4.915.731.- pesetas. El 30
de octubre de 1912 el Ministerio de Fomento adjudicó la concesión a la citada
empresa ferroviaria.
A
finales de 1913 se iniciaron las obras de construcción de la nueva vía férrea
pero sus trabajos se vieron ralentizados, primero, por el abandono de las obras
por parte del contratista, y más tarde, por las consecuencias de la Primera
Guerra Mundial, iniciada en el verano de 1914, que dificultó la importación de
los materiales necesarios y encareció los precios de los fabricados en España.
De hecho, no se pudieron recibir las tres locomotoras contratadas con la firma
británica Nasmyth & Wilson que, hasta esa fecha, había suministrado todas
las locomotoras adquiridas por los Ferrocarriles de Mallorca. Finalmente,
fueron sustituidas por otras tres unidades construidas en Barcelona por la
Maquinista Terrestre y Marítima.
Pese
a todas las dificultades, el 6 de octubre de 1916 llegó el gran día cuando, por
fin, y tras largos años de espera, se abrió al tráfico el tramo de Palma a
Llucmajor. Meses más tarde, el 28 de febrero de 1917, los trenes llegaban a la
estación de Campos y el 21 de julio del mismo año quedaba completamente
inaugurada la línea hasta Santanyí.
A
la línea de Palma a Santanyí le corresponde el triste honor (si se excluye el
pequeño ferrocarril/tranvía de Consell a Alaró) de haber sido el primero en ser
suprimido en Mallorca. El vertiginoso desarrollo del turismo que experimentó la
isla en los años sesenta, que podría haber convertido a este pintoresco
ferrocarril en un magnífico reclamo para los turistas como en el caso del
vecino ferrocarril de Sóller, se convirtió en su condena, ya que su trazado
obstaculizaba la ampliación del aeropuerto de Son Sant Joan y la construcción
de la autopista que debía comunicar esta infraestructura con la capital. En
consecuencia, en lugar de construir un nuevo recorrido, se optó por suprimir el
ferrocarril, que vio pasar su último tren el 25 de marzo de 1964.
Buen artículo.Siempre he vivido en torno a la vía de esta línea,en El Arenal.De pequeño jugaba cerca del Pont de ses 7 boques,el viaducto de Son Verí,entre El Arenal y Llucmajor y ultimamente muy cerca de la estación de El Arenal.
ResponderEliminarUn gran error suprimir esta línea, en especial el tramo hasta S'Arenal y Llucmajor, que hoy en día nos conectaría toda la playa de Palma, el aeropuerto y la tercera población en importancia de la isla. Oscuros y corruptos intereses acabaron con ella, siendo casi imposible, 52 años y medio más tarde, recuperarla o al menos hacer un sucedáneo de ella atendiendo a los núcleos turísticos de la Playa de Palma. Sin duda, si en lugar de haber gastado 380 millones de euros en un metro muy poco eficiente, se hubiera recuperado la mitad de esta línea en su parte palmesana y de Llucmajor, la inversión hubiera sido mucho menor y se hubiera recuperado en gran parte, gracias a la afluencia turística y al mayor aeropuerto europeo que no tiene conexión ferroviaria, por desgracia... Luego gustan mucho de presumir en Mallorca de la vocación europea, salvo desde luego en el aspecto ferroviario.
ResponderEliminarUna lastima y un error grave quitar los trenes
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