VALENTÍN RUIZ-SENÉN
Entre las muchas personas que han protagonizado la historia de los tranvías de Madrid, uno de los más importantes fue, sin duda, Valentín Ruiz-Senén, quien, en representación del Banco Urquijo, impulsó el proceso de adquisición de las acciones en manos del capital belga, para pasar a presidir la nueva Sociedad Madrileña de Tranvías.
Ruiz-Senén vino al mundo en Madrid el 3 de marzo de 1878 en el seno de una familia de clase media que pudo proporcionar estudios superiores a uno de sus hermanos, que fue arquitecto, y a Valentín, que cursó la carrera de derecho. En 1903 comenzó a trabajar como oficial del notario madrileño Zacarías Alonso, que trabajaba habitualmente para la sociedad Urquijo y Compañía, donde trabó amistad con el segundo marqués de Urquijo, Juan Manuel Urquijo Urrutia.
El marqués de Urquijo pronto apreció la capacidad de trabajo y la fidelidad de Valentín Ruiz-Senén, hasta el punto que en 1912 confió en él para presidir una de sus nuevas empresas; la Unión Eléctrica Madrileña. Dos años más tarde, tras la muerte de su mentor, Ruiz-Senén fue el responsable de la difícil gestión de su testamento, operación con la que se ganó la confianza de sus hijos que, desde entonces, contaron con él en sus numerosos proyectos empresariales, el primero de ellos, la conversión de la sociedad familiar en el Banco Urquijo, definitivamente constituido el 1 de enero de 1918.
Meses antes de la creación del banco, Ruiz-Senén ya se había convertido en vicepresidente de una de las empresas del sector ferroviario de los Urquijo, la Compañía Auxiliar de Ferrocarriles de Beasain, la actual CAF, creada en marzo de 1917. Fue precisamente en los años de la Primera Guerra Mundial cuando nuestro protagonista jugó un papel destacado en el proceso de nacionalización del accionariado de numerosas empresas ferroviarias españolas, hasta entonces en manos de capitalistas extranjeros, sobre todo franceses, como sucedió con las grandes Compañías del Norte y de MZA. Proceso análogo siguieron las de los tranvías de Madrid.
Hombre de plena confianza de los Urquijo, Valentín Ruiz-Senén llegó a presidir más sociedades que el propio marqués, como Gas Madrid, Unión Radio, Electra del Langreo, Fomento de la Propiedad, Sociedad Española de Comercio Exterior, Electrodo, Hidráulica Santillana, Gas Madrid, Duro Felguera, Energías e Industrias Aragonesas, Sniace, Hutchinson Industrias del Caucho, los Ferrocarriles de Valencia y Aragón, o la SER. Asimismo, ostentó la vicepresidencia de entidades de la relevancia de Telefónica o Campsa, y participó en los Consejos de Administración de la Compañía del Norte, el Central de Aragón, el Madrid-Aragón y el Ferrocarril del Carreño, siempre en representación de los intereses de los Urquijo.
Ruiz-Senén también participó en la vida política del país, siendo diputado por Amurrio, el feudo de los Urquijo, entre 1921 y 1923. En los convulsos tiempos de la República fue víctima, afortunadamente sin consecuencias, de un atentado.
A lo largo de su trayectoria, Valentín Ruiz-Senén fue objeto de numerosos reconocimientos, entre los que destacan la concesión de la Gran Cruz de Isabel la Católica, las cruces del Mérito Civil, de la Beneficencia y de la Corona de Italia, la Cruz Magna de San Silvestre y de San Gregorio Magno, y también fue nombrado comendador de la Legión de Honor francesa. Además, fue mecenas de varios artistas, entre los que destaca el pintor José Gutiérrez Solana y entre 1933 y 1936 financió la revista de pensamiento y cultura Cruz y Raya. Falleció en Madrid el 21 de abril de 1954
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