Coche fúnebre de primera clase del ferrocarril de Bilbao a Lezama. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
VENDEJERAS, ATAUDES Y LOTERIAS
Los trenes de vía
métrica eran utilizados a diario por toda clase de personas que se dirigían
desde los pueblos del entorno a Bilbao para trabajar, estudiar o realizar
cualquier gestión, pero durante muchos años, entre los principales
protagonistas de la vida ferroviaria de Bizkaia se encontraban las vendejeras,
baserritarras que desde Lezama, Mungia, Derio o Sondika bajaban a diario a la
capital para vender los productos frescos de sus huertas. Para poder
transportar adecuadamente sus frutos, las compañías ferroviarias dotaban a los
trenes de un furgón especialmente destinado a este cometido.
Interior del coche fúnebre de 1ª clase del ferrocarril de Lezama. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril. Fondo, Familia Reigadas
El ferrocarril de
Lezama ofreció uno de los servicios más singulares de Europa. Ante la escasez
de viajeros en los pueblos que recorrían sus vías, decidió ofrecer al Ayuntamiento
de Bilbao los terrenos sobre los que en la actualidad se erige el Cementerio de
Derio. La empresa no transportaba únicamente a los deudos, sino que estableció
un completo servicio de trenes fúnebres con coches, al igual que para los
vivos, de primera, segunda y tercera clase. Además, en la estación de
Bilbao-Calzadas construyó una elegante capilla que realizaba las funciones de
un tanatorio.
Coche fúnebre de segunda clase del ferrocarril de Bilbao a Lezama. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
Pero no todo iba a ser triste y lúgubre en el tren del
Txorierri. Al contrario, el 22 de diciembre de 1933 los trabajadores del
ferrocarril de Lezama se vieron agraciados con el premio Gordo de la lotería de
Navidad. Pese a la lluvia de pesetas que inundó sus bolsillos, ninguno de ellos
abandonó el trabajo y el servicio se pudo prestar con normalidad… ¡y mucha
alegría! Un dato para los curiosos, el número agraciado fue el 7.139.
Bilbao is different, always was...
ResponderEliminar