Coche Nº 10 fotografiado en la estación de Lemoa. Se aprecia que los carriles son del tipo Phoenix. Fotografía de Juan Bautista Cabrera. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
ALGUNOS
ASPECTOS TÉCNICOS
La vía
El ancho de vía del tranvía de
Arratia era el mismo que el de los restantes tranvías urbanos e interurbanos de
Bilbao, 1.365 mm .,
lo que facilitaba el intercambio de material móvil y el establecimiento de
tráficos combinados de mercancías. Bilbao ha sido la única ciudad del Estado y
posiblemente del mundo, en emplear esta peculiar separación entre las caras interiores de los carriles, ya que la norma
habitual ha sido el denominado ancho internacional (1.435 mm .) o la vía
métrica, es decir, un metro exacto.
La vía del tranvía ofrecía
diferencias según estuviera establecida sobre la calzada o en explanación
propia. En este segundo caso, era similar a la de cualquier ferrocarril,
empleando carriles del denominado sistema Vignole (el más frecuente en las
explotaciones ferroviarias), montados sobre traviesas de madera y banqueta de
balasto.
Cuando el tranvía discurría
por calles o carreteras, la vía estaba empotrada en el pavimento, por lo que se
empleaban carriles especiales del tipo Phoenix, o de garganta, similares a los
utilizados en las principales redes de tranvías urbanos.
Los carriles del tranvía de
Arratia, fueron fabricados por la sociedad Altos Hornos de Bilbao en su fábrica
de Baracaldo. El
carril Vignole se suministraba en barras de 12 metros de longitud y 32 kilogramos de peso
por metro lineal. Por su parte, el carril Phoenix era más pesado, con 40,5
kg/m. en tramos de 11
metros de longitud, aunque en algunas renovaciones de
vía llegó a instalarse carril de 60 kg/m.
Los primeros cambios de vía
instalados en el tramo comprendido entre Lemona y Ceánuri fueron fabricados por
la empresa Averly de Bilbao,
mientras que los restantes aparatos de vía los suministró la Compañía
Internacional de Material Fijo de Vías Férreas de Bruselas (Bélgica).
La mayor parte de los
accesorios de vía, tirafondos, eclisas, tornillos, etc., fueron contratados con
la empresa Pradera Hermanos, cuyas instalaciones estaban situadas junto al
trazado del tranvía en el barrio de Arkotxa (Zarátamo).
Coche Nº 4 fotografiado en las proximidades de Lemoa. Se aprecia el poste de sustentación de la línea aérea, con su correspondiente ménsula. Fotografía de Jeremy Wiseman. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
La electrificación
En anteriores entregas se ha descrito la importante red
de producción y
transformación que
disponía el tranvía de Arratia. Los tranvías tomaban esta corriente, mediante
pértigas o “troles” a través de una línea aérea, en la que se encontraba el
polo positivo, mientras que el retorno de la misma a las subestaciones, el
negativo, se realizaba utilizando como conductores a los propios carriles de la
vía. Esta línea aérea, situada a una distancia media de 6 metros sobre la vía y
formada por una catenaria simple, carecía de cable sustentador y estaba compuesta
únicamente de un hilo de contacto de 9 mm . de diámetro. Estaba suspendida mediante
postes, normalmente de madera, o de rosetones de anclaje situados en las
fachadas de los edificios próximos, gracias ménsulas y cables tensores de
acero. Toda la instalación se encontraba convenientemente protegida y dotada de
los necesarios aislantes de porcelana, pararrayos y seccionadores.
Un punto singular de la electrificación fue, a
partir de 1929, el cruce existente con la línea de los Ferrocarriles
Vascongados en Durango, electrificado desde esta fecha a la tensión de 1500
voltios en corriente continua. Para evitar una derivación accidental que
pudiera destruir los equipos eléctricos de los vehículos del tranvía,
alimentados a más baja tensión (en concreto, a 550 voltios),
se instaló un cruzamiento debidamente aislado, por el que, tanto los trenes
como los tranvías, debían pasar por inercia.
El montaje de los equipos de línea aérea, que fueron
suministrados por la empresa francesa Thomson y Houston, fue realizado por el
contratista Francisco Rementería.
Teléfonos
Para la correcta explotación del servicio, el
tranvía de Arratia disponía de una instalación telefónica de servicio
particular, con centralita en Lemoa, que cubría todas sus líneas y contaba con
enlace directo a las oficinas de Bilbao.
A partir de 1904 todos los tranvías fueron dotados de aparatos telefónicos de
campaña que, mediante pértigas, podían conectarse a los cables de comunicación,
siendo de esta forma posible recibir la información oportuna para regular
cruces o modificar el servicio ante cualquier incidencia.
Teléfono para la comunicación entre la central de Garai y las cocheras de Lemoa. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
La línea telefónica, formada por dos hilos de cobre
desnudos, iba suspendida de los postes de la electrificación mediante las
correspondientes palomillas y aislantes.
Por su parte, los saltos de agua de Magunas y Garay
también contaban de comunicación telefónica con la subestación de Lemoa. Esta
instalación fue totalmente renovada en 1954.
Muy singular y sorprendente,como se indica al principio de la entrada,el ancho de via de esta linea,al igual que la de Bilbao capital,unas medidas totalmente inusuales,incluso puede que a nivel mundial(!),asi como el dato del cruce con la linea de Vascongados en Durango,ese pequeño tramo a recorrer por inercia en ambos tipos de material,el sistema de comunicacion telefonica tranvia-centralita.A modo de curiosidad,Juanjo,¿que significa la inscripcion de la pequeña placa en la parte superior de los tranvias,que dice Ceanur?,gracias
ResponderEliminarEn realidad, dice Ceanuri (actualmente Zeanuri), punto de destino final del ramal del valle de Arratia
EliminarSi,poco despues ya pude verlo,era por la ultima i que no la apreciaba bien en la imagen,gracias Juanjo
EliminarPerdon,acabo de reconocer que lei mal dicha inscripcion de la placa que te comentaba,dice Ceanuri,localidad de destino entonces del servicio a cubrir por el vehiculo...
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