La larga marcha a Bermeo
Las primeras propuestas para
prolongar las vías más allá de Pedernales se plantearon en 7 de noviembre de
1895, cuando una Junta Extraordinaria de los accionistas del ferrocarril de Gernika,
aprobó la construcción de un pequeño ramal entre Pedernales y la ensenada de Portuondo,
con el fin de mejorar sus conexiones con el tráfico marítimo. Para la
financiación de estas obras los accionistas decidieron renunciar al reparto anual
de beneficios hasta alcanzar la suma prevista en esta inversión.
Recreación del tranvía de Pedernales a Bermeo. Dibujo de José Vicente Coves Navarro
Mientras tanto se gestionaba la
realización de esta obra, otra empresa impulsó el establecimiento de un tranvía
de tracción animal entre la estación de Pedernales y Bermeo, inaugurado el 1 de
septiembre de 1896. Con su puesta en servicio, la Compañía del Ferrocarril
de Amorebieta a Guernica y Luno y Pedernales consideró que la comunicación con
Bermeo quedaba correctamente garantizada, por lo que renunció definitivamente a
cualquier tipo de ampliación. Sin embargo, la vida del nuevo medio de
transporte fue efímera, ya que fue suprimido en 1918.
Locomotora "Orive" del ferrocarril de Luchana a Munguía, empresa que pretendió alcanzar con sus vías el puerto de Bermeo. Fotografía de Gustavo Reder
El ferrocarril de Gernika no fue
el único interesado en alcanzar Bermeo con sus vías. Otra compañía del entorno,
la del ferrocarril de Lutxana a Mungia encomendó, en 1890, el proyecto de
ampliación de su trazado hasta la villa costera al ingeniero bilbaíno Ernesto
Hoffmeyer. Para incentivar la obra, el ayuntamiento de Bermeo acordó, en sesión
del 10 de junio de 1890, otorgar una subvención de 250.000 pesetas si el presupuesto
de la nueva línea no excedía de 1.750.000 pesetas, y con el 20% del exceso si
sobrepasaba dicha cifra. Sin embargo, y a pesar de este decidido apoyo, la
compañía ferroviaria no logró reunir los recursos financieros precisos para
afrontar la empresa.
La Compañía del ferrocarril de Bilbao a Lezama también se interesó en la construcción del ferrocarril a Bermeo. En la imagen, la locomotora "Derio" de este ferrocarril. Fotografía de Gustavo Reder
Ante esta situación, fue una
tercera empresa la que finalmente solicitó la concesión del ferrocarril de Mungia
a Bermeo y Pedernales, la
Compañía del Ferrocarril de Bilbao a Lezama. Gracias a los
trabajos realizados por el ingeniero bermeano José Ucelay e Isasi, se presentó
el oportuno anteproyecto en junio de 1915 y, el 11 de diciembre de 1917, la Gaceta de Madrid anunció la apertura del
concurso de proyectos para su construcción. Dos años más tarde, el 26 de
noviembre de 1919 el gobierno otorgó la concesión a Francisco de Las Heras y
Ávila, presidente del Consejo de Administración del ferrocarril de Lezama. Sin
embargo, el notable incremento de precios que experimentó la economía del país
durante la primera guerra mundial había disparado el coste de construcción real
de la línea, mientras que la concesión solamente garantizaba la inversión a
realizar en base a un proyecto valorado antes de iniciarse la contienda. Por
ello, la compañía del ferrocarril de Lezama se vio finalmente obligada a
renunciar al proyecto y, el 20 de septiembre de 1920 caducó la concesión.
Pese al nuevo fracaso, se logró
incluir la sección entre Bermeo y Pedernales en el anteproyecto de
ferrocarriles del año 1926, impulsado por el Gobierno de Primo de Rivera,
aunque finalmente no fue considerado en el Plan de Construcción Urgente de
Ferrocarriles aprobado en base al citado documento.
Guerra Civil
Tras la caída de la Dictadura , los proyectos
de prolongación a Bermeo quedaron nuevamente abandonados. Además, dada la
delicada situación financiera del concesionario, la gestión de la línea de
Amorebieta a Pedernales fue asumida por la Explotación de
Ferrocarriles por el Estado.
La estación fue uno de los objetivos del criminal bombardeo de Gernika
Picasso inmortalizó en su
universal «Gernica» el trágico bombardeo que sufrió la villa foral el 26 de
abril de 1937. Entre otros muchos objetivos civiles, las bombas arrojadas desde
los aviones alemanes e italianos, aliados de Franco, destruyeron por completo
la estación y buena parte del material móvil del ferrocarril. Por otra parte,
en su retirada, las tropas leales a la República destruyeron el puente metálico sobre el
río Ibaizábal, en Amorebieta.
El bombardeo de Gernika provocó graves averías en las locomotoras del ferrocarril de Amorebieta a Pedernales. Para su inmediata puesta en servicio, se alquiló una locomotora al ferrocarril de Sádaba-Gallur que tuvo que ser trasladada por una vía provisional montada en la carretera ya que todavía no se había reparado el puente sobre el Ibaizabal. Archivo de Gernikazarra Historia Taldea
Una vez en manos de los rebeldes,
la prioridad fue la reconstrucción de las instalaciones y material móvil
destruidos durante el conflicto. Sin embargo, concluida la guerra, la Explotación de
Ferrocarriles por el Estado planteó nuevamente la prolongación de la vía entre Pedernales
y Bermeo.
En 1944 se iniciaron las obras de prolongación del ferrocarril a Bermeo
El 9 de febrero de 1942 se
concluyó la redacción del proyecto constructivo de la prolongación, con un
presupuesto de 7.201.052,85 pesetas. Definitivamente aprobado por Orden
Ministerial de 27 de marzo de 1944, meses después, el 24 de agosto, se procedió
a la bendición de las obras.
En 1947, la falta de recursos paralizó las obras del ferrocarril a Bermeo
A pesar del gran boato que rodeó
el acto de bendición, las obras pronto debieron afrontar serios problemas, al
quedar desiertas las sucesivas subastas como consecuencia de los bajos precios
estipulados y la falta de mano de obra en la zona. Por ello fue preciso reformar
los proyectos. No obstante, aunque finalmente se licitaron varios tramos, las
obras quedaron totalmente paralizadas en 1947.
Agentes de la Guardia Civil vigilaban el trabajo de los presos en las obras del ferrocarril de Gernika
Un año más tarde, un nuevo
contratista, la empresa Banús Hermanos, S.A. retomó las obras, aunque el ritmo
seguía siendo lento debido a la crónica falta de mano de obra, así como a la
insuficiencia de los presupuestos. A partir de 1953, ambos problemas quedaron
definitivamente superados, mediante la consignación de las aportaciones
económicas necesarias por parte del Ministerio de Obras Públicas y, sobre todo,
gracias al recurso a mano de obra esclava de un Destacamento Penitenciario
establecido dicho año en Bermeo. Finalmente, el 16 de agosto de 1955 se
procedió a la inauguración de la línea, con presencia del General Franco, quien
recorrió el nuevo trayecto hasta Pedernales en una composición remolcada por la
primera locomotora diesel Alsthom que circuló en los ferrocarriles de vía
métrica españoles.
Tren inaugural del ferrocarril de Bermeo, remolcado por una modernísima locomotora diesel-eléctrica Alsthom
Finalizados los fastos inaugurales, el servicio de trenes a Bermeo fue asumido por las veteranas locomotoras de vapor. Fotografía de Jeremy Wiseman
Siento tener que corregir a Juanjo, que para mí es un Maestro, pero el ferrocarril de Cortes a Borja no tuvo ninguna nº5. La locomotora de la foto es seguramente la nº5 del Sádaba-Gallur fabricada por M.T.M. (las siglas SG así parecen indicarlo)
ResponderEliminarEn efecto, ha sido un despiste mayúsculo. Como bien señalas, es una locomotora del Sádaba-Gallur
EliminarGorgeous!
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