En el año 1837, el reputado
ingeniero Isambard Kingdom Brunel decidió emplear en su ferrocarril de Londres
a Bristol un ancho de vía de 2.134 milímetros , notablemente superior a la
entrevía que hasta entonces empleaban Georges y Robert Stephenson, los «padres»
del ferrocarril, en todas sus realizaciones, de tan solo 1.435 milímetros .
Cuanto más ancha sea la vía, más
cara será su construcción, pero mayor es la capacidad de los trenes y, sobre
todo, su estabilidad, lo que favorece el desarrollo de altas velocidades. Sin
embargo, pese a estas importantes ventajas, la vía ancha de Brunel terminó por
desaparecer a favor de la estrecha de Stephenson que, en la actualidad, es
considerada como el ancho de vía estándar. No obstante, las consecuencias del
debate iniciado cuando el sistema ferroviario daba sus primeros pasos, todavía
se manifiestan en la actualidad, ya que la entrevía de 1.435 milímetros
es utilizada, aproximadamente, por el 60% de los ferrocarriles del mundo, es
decir, el otro 40% emplean vías con mayor o menor separación entre sus
carriles.
El debate sobre el mejor ancho de
vía se inició con el propio nacimiento del ferrocarril. En realidad, para el
profano en la materia, puede resultar una cifra un tanto extraña la de 1.435 milímetros .
¿No se podía haber elegido una medida más precisa y redonda? Por ejemplo ¿No
sería más sencillo elegir un ancho de vía de un metro y medio?
Para responder a esta cuestión,
es importante tener en cuenta que, cuando comenzó el desarrollo del
ferrocarril, el sistema métrico decimal todavía no había llegado siquiera a ser
formulado. De hecho, sus valores no se establecieron de forma definitiva hasta
la celebración de la
Conferencia General de Pesas y Medidas de París en el año
1889. Por otra parte, es conocido el apego de los anglosajones en general y de
los británicos en particular a sus propios sistemas de medida, donde el sistema
métrico universal todavía dista mucho de haberse implantado definitivamente.
Por tanto, es sencillo pensar que
la medida de 1.435
milímetros pueda corresponder a un valor «redondo» en
los sistemas de medida británicos. Sin embargo, no es así. Por el contrario, su
valor exacto es el de cuatro pies y ocho pulgadas y media. ¿No habría sido más
sencillo optar por una entrevía, por ejemplo, de cinco pies? ¿para que narices
sirve esa media pulgada?
La respuesta a esta cuestión es
muy sencilla. Cuando los Stephenson diseñaron sus primeras locomotoras, se
limitaron a adaptarlas a las vías ya existentes en las instalaciones mineras en
las que trabajaban, sin detenerse a realizar un estudio empírico sobre el ancho
de vía más conveniente para un futuro desarrollo del sistema. Es decir, no tomaron
en consideración aspectos como la capacidad, la velocidad o el coste de
construcción de las nuevas vías.
Las primeras locomotoras de los Stephenson
fueron utilizadas en diversas minas de la región de Durham, en las que era
común la utilización de un ancho de vía de cuatro pies y ocho pulgadas, 1.422 milímetros .
El resultado de las locomotoras de vapor en estos ferrocarriles, así como en el
de Stockton a Darlington, que empleaba la misma entrevía, fueron
satisfactorios, por lo que los Stephenson decidieron utilizar una medida
similar en su siguiente realización, el ferrocarril de Liverpool a Manchester,
línea que en muchos aspectos se convirtió en el modelo a seguir por las futuras
realizaciones ferroviarias. Sin embargo, para mejorar la inscripción en curva,
decidieron ampliar la separación entre los carriles en media pulgada, por lo
que definitivamente se llegó a la medida de cuatro pies y ocho pulgadas y
media, es decir, a los actuales 1.435 milímetros.
Tren de vapor sobre vía de ancho Brunel
En los Estados Unidos también se reprodujo el caos de los anchos de vía, ya que antes de la Guerra de Secesión, la galga de 1.435 milímetros únicamente representaba el 55% de la red ferroviaria del país. Muchas otras líneas se tendieron con entrevías de cinco pies (1.524 milímetros, la medida que por influencia norteamericana fue adoptada por el Imperio Ruso), cinco pies y seis pulgadas (1.676 milímetros) o seis pies (1.825 milímetros). Tras la guerra, el gobierno norteamericano impulsó la unificación de anchos respecto a la medida predominante, que era la de 1.435 milímetros.
Al final, se entiende que el ancho de via "normalizado" sale de las vagonetas de las minas... pero, ¿porqué en las minas se usaba esa medida?
ResponderEliminarEsto, se non è vero, è ben trovato.
Eliminarhttp://www.alfonsoarjona.net/2008/10/transbordadores-romanos%E2%80%A6-y-el-trasero-del-caballo/
Parece que ha cambiado el URL
ResponderEliminarhttp://www.alfonsoarjona.net/es/node/3
Hay otra versión en
ResponderEliminarhttp://www.grijalvo.com/Zoologia_con_aplicabilidad/caballo_culo.htm
Y la verdad del asunto, en inglés, está en
ResponderEliminarhttp://www.grijalvo.com/A_Trevor_Hodge/Roman_roads_gauge.htm
Versión WordPress
ResponderEliminarhttp://grijalvo.com/wordpress/2015/06/dr-a-trevor-hodge-roman-gauge/