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lunes, 6 de octubre de 2025

DE STOCKTON A DARLINGTON, DOS SIGLOS DE HISTORIA FERROVIARIA (III)

 

La concepción mecánica de la «Locomotion» era aún muy primitiva, con cilindros verticales integrados en la caldera y una transmisión del movimiento mediante un complejo sistema de balancines y bielas

¿EL PRIMER FERROCARRIL DEL MUNDO?

No es voluntad del autor de estas líneas ser un aguafiestas, máxime cuando todo el mundo ferroviario, especialmente en Gran Bretaña, conmemora este mes de septiembre el bicentenario del ferrocarril de Stockton a Darlington como el primero del planeta, pero, ¿realmente lo es?

Como ya se ha señalado, desde la más remota antigüedad se conocían los caminos guiados. A finales del siglo XVIII ya era común el uso de vías metálicas en minas y canales y en 1805 Trevitick hizo rodar sobre ellas la primera locomotora de vapor. Posteriormente, diversas minas británicas emplearon esta clase de máquinas, por lo que, el de Stockton a Darlington no fue, ni mucho menos, el primer ferrocarril en el sentido más estricto del término.

Representación de la locomotora «Rocket» ante sus rivales «Sans Pareil» y «Novelty» en el concurso de Rainhill

Aunque los primeros ferrocarriles se establecieron exclusivamente para el transporte de mercancías, sobre todo el carbón de las minas británicas, ya en 1796 se había construido en West Yorkshire el Lake Lock Rail Road, el primer ferrocarril de servicio público que transportaba tanto viajeros como mercancías. En consecuencia, tampoco fue el de Stockton a Darlington pionero en este sentido. Entonces, ¿Por qué muchos consideran esta línea como el primer ferrocarril del mundo?

Entre los aspectos más relevantes del Stockton a Darlington cabe señalar su gran longitud, cerca de 40 kilómetros, una distancia muy notable para la época. Además, se considera que fue el primero en ofrecer un servicio de viajeros operado con tracción vapor, lo que solo es cierto parcialmente. En efecto, como se ha señalado, en el viaje inaugural, aunque la mayor parte de los invitados montaron sobre los vagones destinados al transporte de carbón, la junta directiva del ferrocarril lo hizo en un coche específicamente diseñado para el servicio de viajeros, bautizado como «Experiment», por lo que, probablemente, fue la primera circulación de pasajeros impulsada por una locomotora de vapor. Sin embargo, como ya se ha señalado, este primer viaje no tuvo continuidad, y durante muchos años los trenes de viajeros fueron arrastrados entre Stockton y Darlington por mulas y caballos.

Un siglo más tarde, las descendientes de la «Rocket» cuadruplicaban su velocidad, al alcanzar los 200 kilómetros por hora. Fotografía de Trevor Rowe. Archivo Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril

Por todo ello, otros muchos historiadores se inclinan por considerar la línea de Liverpool a Manchester como el primer ferrocarril moderno del mundo. En efecto, fue el primero del planeta diseñado para ser operado en exclusiva mediante fuerza mecánica, mientras que, cuando fue inaugurado el 15 de setiembre de 1830, en la línea de Stockton a Darlington todavía convivían las locomotoras de vapor con el motor de sangre, especialmente en el servicio de viajeros. Además, las vías del tren de Liverpool se tendieron con una separación entre sus carriles de media pulgada superior a la línea de Darlington, con lo que se estableció el ancho de vía que, en la actualidad, se considera el internacional de 1.435 milímetros. Por último, la locomotora que venció en el concurso de Rainhill, la «Rocket», era técnicamente muy superior y notablemente más evolucionada que la «Locomotion», pues contaba con avances que sentaron las bases definitivas para el desarrollo de estas máquinas, entre los que destacan el acoplamiento directo de los motores a las ruedas, el tiro forzado mediante el escape del motor y el uso de calderas multitubulares, desarrolladas por el francés Marc Seguin, que permitían producir el gran volumen de vapor que necesitaban para su correcto funcionamiento.


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