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lunes, 26 de septiembre de 2022

FERROL-GIJÓN, EL ÚLTIMO GRAN FERROCARRIL DE VÍA ESTRECHA (II)

 

Retrato de Everardo Villamil, publicado en El Porvenir Asturiano


EVERARDO VILLAMIL LLANES

 

En la larga y compleja gestación del ferrocarril de Ferrol a Gijón cabe señalar la destacada actuación de quién fue alcalde de Vegadeo, Everardo Villamil Llanes, población situada en el confín de Asturias con Galicia, prácticamente en el ecuador de esta vía férrea.


Everardo Villamil vino al mundo en Lagar (Castropol) en 1856 en el seno de una familia marcada por su larga vinculación con la administración local y el ejército. Tras cursar estudios de derecho en la universidad de Oviedo, en 1882 trasladó su residencia al vecino municipio de Vegadeo, entonces, denominado Vega de Ribadeo.


Considerado en su localidad natal como un cacique, fue mejor recibido por sus nuevos con vecinos, que pronto lo eligieron alcalde. Desde este puesto, realizó numerosas gestiones para modernizar Vegadeo, entre las que destacó su decidida lucha en defensa del proyectado ferrocarril de Ferrol a Gijón.


El 6 de diciembre de 1903, Everardo Villamil organizó en Vegadeo una gran asamblea en defensa del ferrocarril, a la que asistieron representantes de la Diputación provincial de Asturias, las Cámaras de Comercio de Oviedo, Lugo, Coruña y Ferrol, delegados de la banca local y José Bores Romero, gerente de la empresa Iberia Concesionaria. Según señala José Antonio Gómez Martínez en su obra sobre esta vía férrea, Everardo redactó el acta de esta asamblea, documento en el que se tomó ciertas libertades, al modificar lo resuelto en la reunión sobre el paso directo de la ría del Eo, desde Ribadeo hasta Castropol, en beneficio del desvío de la traza por Vegadeo, alternativa que simplificaba y reducía notablemente la envergadura del puente a construir, pero que implicaba incrementar el recorrido en cerca de 25 kilómetros.


Frente al trazado directo, defendido con ardor por Godofredo Álvarez Cascos, antepasado de quien llegaría a ser Ministro de Fomento y presidente del Principado, Francisco Álvarez-Cascos, Villamil desplegó toda su capacidad de influencia para lograr que el tren pasara por Vegadeo. Pese a su parcialidad, logró ser nombrado presidente de la Junta del Ferrocarril de la Costa, denominación que recibía en aquella época el proyectado tren de Ferrol a Gijón. En todo caso, cuando falleció en 1920, ni siquiera se habían iniciado las obras, por lo que no pudo influir directamente sobre su desarrollo, aunque finalmente triunfaron sus tesis, definitivamente adoptadas por el Ministerio de Obras Públicas en 1945.


Junto a sus esfuerzos en pro del ferrocarril de Ferrol a Gijón y a su paso por Vegadeo, Villamil también impulsó otros proyectos empresariales que contribuyeron a modernizar la vida de sus convecinos. Entre otras, probablemente la más destacada fue la constitución de la Hidroeléctrica del Eo, empresa que trajo a la comarca un avance tan importante a comienzos del siglo pasado como era la energía eléctrica.


Everardo Villamil alcanzó importantes reconocimientos públicos, entre los que destaca su nombramiento como miembro de la Real Orden de Isabel la Católica. Tras su muerte, el 8 de agosto de 1920, sus bienes fueron entregados a la fundación benéfica Elisa y Luis Villamil. En la actualidad, una calle del vecino municipio de Boal, en la que en 1879 restauró a sus expensas la capilla de San Blas de Vega de Ouria, honra su memoria.


 

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