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viernes, 8 de mayo de 2020

60 ANIVERSARIO DE LA CLAUSURA DE LOS TRANVÍAS DE SEVILLA (I)




Tranvía eléctrico de Sevilla. Fotografía de Trevor Rowe. Archivo Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril
 
En el año 2007 Sevilla incorporó el tranvía a su variada oferta de transportes urbanos. Esta modesta línea, que en la actualidad enlaza la céntrica Plaza Nueva con la antigua estación de San Bernardo, es un pálido reflejo de la antigua red de tranvía que hasta su clausura, de la que hoy se cumplen 60 años, cubrió durante décadas las principales necesidades de movilidad de la capital hispalense.
 
Sevilla contó con una de las más amplias redes de tranvías eléctricos de España, con líneas urbanas y, también, con diversos trayectos interurbanos que comunicaban la capital hispalense con las principales poblaciones de su entorno, como Camas, Gelves, Coria, Puebla del Río y la base aérea de Tablada.

Primitivo tranvía de caballos de Sevilla. Archivo de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Sevilla

 
El motor de sangre
 
Como en la mayoría de las ciudades españolas, los tranvías de Sevilla iniciaron su andadura recurriendo al motor de sangre, es decir, la fuerza de los animales de tiro, en este caso, mulas y caballos.
 
Las primeras tentativas para la implantación de tranvías en la capital andaluza se remontan a 1869, año en el que Enrique Chacón y Luis Perrier solicitaron al consistorio sevillano la oportuna autorización para implantar este medio de transporte en las calles de la ciudad. Éste y otros proyectos no llegaron a materializarse hasta que finalmente el 12 de noviembre de 1883 el gobierno aprobase un proyecto presentado por George Higgins.
 
Pese a la aprobación gubernamental, Higgins tuvo que vencer las reticencias del Ayuntamiento hispalense, así como las iniciativas de otros promotores, por lo todavía transcurrieron otros tres años hasta que pudieron comenzar las obras. Finalmente, el 5 de septiembre de 1887 se pudo inaugurar el servicio, operado por la empresa británica "The Seville Tramways Company Limited".
 
La primera red de tranvías sevillanos estaba formada por un conjunto de cuatro líneas que comunicaban la Plaza de la Constitución (actual plaza San Francisco), con la Macarena, la Puerta del Osario, la Calzada y Triana, a las que se sumaban servicios discrecionales a la plaza de toros y a la Puerta de Jerez. El ancho de la vía era de un metro entre las caras internas de los carriles y sobre ellos circulaban 41 coches, 20 cerrados y 21 jardineras abiertas, muy apropiadas para el cálido clima de la ciudad, construidos en Gran Bretaña por firmas como Bristol o Falcon.

Obras de electrificación de los tranvías de Sevilla. Archivo Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril

 
La electrificación
 
El mismo año en que Sevilla inauguraba sus primeros tranvías, Frank Sprague sentaba en Richmond (Estados Unidos) las bases a partir de las que en pocos años se desarrollarían los tranvías eléctricos por todo el mundo. La nueva tecnología también llegó a Sevilla y de hecho, la capital hispalense se convirtió en la quinta ciudad del país, tras Bilbao, San Sebastián, Madrid y Barcelona, en incorporar este moderno sistema de tracción a sus transportes públicos.

Inauguración de los tranvías eléctricos de Sevilla en la plaza de la Constitución. Archivo Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril

 
Los primeros tranvías eléctricos sevillanos iniciaron su andadura el 11 de septiembre de 1899. En aquella época, la ciudad contaba con 145.000 habitantes y sus necesidades de movilidad superaban con creces la oferta que podían ofrecer los tranvías de mulas.
 
La electrificación de la red sevillana fue realizada por la firma alemana Allgemeine Elektricitäts-Gesellchaft, más conocida por sus siglas A.E.G., empresa que ya había electrificado con éxito el primer tranvía del país, la línea de Bilbao a Santurtzi, puesta en tensión el 1 de febrero de 1896. Al igual que en la capital vizcaína, A.E.G. tomó previamente el control de la sociedad concesionaria de los tranvías de Sevilla. Naturalmente, todos los equipos necesarios, tanto en la central generadora, como en la electrificación y los vehículos, fueron suministrados por la citada empresa.

Paso de los tranvías inaugurales del servicio de tracción eléctrica por la plaza del Triunfo. Archivo Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril

 
 
En la primera fase de la electrificación de los tranvías sevillanos, se tendió la línea aérea en una longitud total de 19,9 kilómetros, con lo que el nuevo sistema de tracción se pudo implantar en la importante línea que circunvalaba parcialmente el gran centro histórico sevillano, que enlazaba las cocheras situadas junto a la Puerta de Osario con la estación de Plaza de Armas y los ramales al Parque de María Luisa, La Calzada y San Jacinto.
Primera red de tranvías eléctricos de Sevilla. Dibujo de Pedro Pintado Quintana
 
En las antiguas cocheras de los tranvías de mulas se instaló la central eléctrica generadora, dotada de máquinas de vapor, con una potencia total de 1.400 caballos, con los que, además de atender las necesidades del servicio, podían también vender el excedente a particulares. De hecho, la electrificación de los tranvías de Sevilla se convirtió en la base más sólida para la implantación de esta fuente de energía en la ciudad y se encuentra íntimamente ligada al origen de una de las empresas españolas más importantes del sector como fue la Compañía Sevillana de Electricidad, hoy parte del grupo Endesa.

Uno de los primeros tranvías suministrados por AEG circula por la calle de Miguel Mañara. Archivo Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril

 
El parque móvil de los primeros tranvías de Sevilla estaba compuesto por un total de 25 coches motores construidos, naturalmente, por A.E.G. y al menos 30 remolques, originarios de la explotación con motor de sangre. Sucesivas ampliaciones de la red implicaron la incorporación de nuevos coches, 10 en 1902 y otros siete en 1908. Con ellos se operaban, en 1911, un total de 9 líneas regulares y dos discrecionales.

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