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martes, 9 de enero de 2018

EL FERROCARRIL DE LA ROBLA EN SU 125 ANIVERSARIO (XXI)


Las primeras locomotoras de vapor del Ferrocarril de La Robla fueron construidas por la Société Franco-Belge, en 1892. Fotografía de Peter Willen

 
BELGAS, AMERICANAS, SUIZAS, PORTUGUESAS, TUNECINAS…
 
El ferrocarril de La Robla contó con uno de los parques motores más variados de la vía estrecha peninsular. Inició su andadura con 18 pequeñas máquinas destinadas al servicio de mercancías, construidas en 1892 por la firma belga Société Franco-Belge, acompañadas por otras cinco locomotoras construidas en Glasgow por Sharp Stewart en 1894 a las que se encomendó la tracción de los trenes de viajeros. Locomotoras demasiado modestas para una línea de esta envergadura, a punto estuvieron de provocar la ruina de la empresa, situación que no se remedió hasta la entrada en servicio de 16 máquinas tipo «Consolidation» adquiridas a la firma norteamericana Baldwin entre 1898 y 1917.
La firma escocesa Sharp Stewart suministró las primeras locomotoras para trenes de viajeros del ferrocarril de La Robla. Fotografía de Xavier Santamaría
 
Entre 1898 y 1917 el ferrocarril de La Robla adquirió 16 locomotoras tipo «Consolidation» a la firma norteamericana Baldwin. Fotografía de Xavier Santamaría
 
La construcción del ramal de León a Matallana implicó la compra de cinco magníficas locomotoras fabricadas por la firma alemana Linke-Hoffmann. También de origen germano eran las cuatro gigantescas locomotoras articuladas sistema «Garrat» adquiridas en 1929 para hacer frente al aumento del transporte del carbón en aquellos años. Dos fueron construidas por la firma alemana Hanomag y las otras dos, bajo licencia, por Babcock & Wilcox de Bilbao.
En 1921 La Robla adquirió dos elegantes locomotoras articuladas sistema Engerth a la firma alemana Krauss. Fotografía de Xavier Santamaría
 
Locomotora construida por la firma alemana Linke Hoffmann para el ramal de León a Matallana. Fotografía de Lawrence G. Marshall
 
Tras la Guerra Civil, el aumento del tráfico exigió incrementar el parque motor, pero ante la imposibilidad de comprar unidades de nueva construcción en España, La Robla recurrió al mercado internacional de ocasión. Así, adquirió locomotoras en Portugal, Suiza y Túnez. Asimismo, también circularon por sus vías máquinas procedentes del ferrocarril de minas de Cala (Sevilla), los Ferrocarriles Vascongados o de Sierra Menera.
Impresionante locomotora «Garrat» adquirida en 1929. Fotografía de Xavier Santamaría
 
Locomotora construida en Chequia por Skoda, adquirida de ocasión por el ferrocarril de La Robla en Portugal. Fotografía de Xavier Santamaría
 
En los años sesenta se inició la transición de la tracción vapor al diésel, primero con la incorporación de locomotoras diésel-eléctricas Alsthom y Creusot y, a partir de 1965, con diez magníficas máquinas suministradas por la norteamericana General Electric, acompañadas por ocho tractores de maniobras fabricados por la Naval en Sestao con motores Rolls Royce. Además, en los servicios de viajeros se introdujeron pequeños automotores de las firmas Billard y MAN. De este modo, a finales de la década las locomotoras de vapor habían sido retiradas definitivamente.
Impresionante doble tracción del correo de Bilbao a León proporcionada por dos locomotoras adquiridas de ocasión, en cabeza una máquina procedente de Suiza y tras ella una tunecina. Fotografía de Harald Navé
 
En los años cincuenta se inició la progresiva sustitución de la tracción vapor por la diésel. Fotografía de Martin Dieterich. Archivo Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril
Giro a brazo de una locomotora General Electric de Robla en el puente giratorio de Cistierna. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
 
En 1965 La Robla adquirió ocho tractores de maniobras a la Naval de Sestao, dotados de motores diésel Rolls Royce. Fotografía de Xavier Santamaría
 
FEVE continuó con la progresiva modernización del parque motor de La Robla, con nuevas locomotoras para los trenes de mercancías y unidades diésel para los servicios de pasajeros. Sin embargo, todavía siguen activas las magníficas locomotoras General Electric que han superado el medio siglo de duro servicio.
FEVE ha introducido sus más modernas series de locomotoras diésel en las líneas de La Robla. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
 

2 comentarios:

  1. muchas gracias, muy interesante. Un pequeño error: la primera fotografia, FR 6 en Valmaseda, tiene como autor: Peter Willen

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  2. Estimado Werner:

    Ya hemos corregido el error. Ruego disculpas.

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