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jueves, 4 de enero de 2018

EL FERROCARRIL DE LA ROBLA EN SU 125 ANIVERSARIO (XIX)

Cuando FEVE se hizo cargo del ferrocarril de La Robla, sus instalaciones y material móvil presentaban un estado de conservación muy deficiente y los descarrilamientos eran frecuentes. Fotografía de Txema Rodríguez Gil

LARGOS AÑOS DE ZOZOBRA
 
Cuando FEVE asumió el ferrocarril de La Robla, sus instalaciones y material móvil presentaban un estado de conservación muy deficiente, tras largos años sin mejoras relevantes, salvo las diez locomotoras diésel americanas adquiridas por la antigua concesionaria en 1965. La constante caída del tráfico de viajeros y mercancías no invitaba al optimismo ante la escasa rentabilidad previsible para las necesarias inversiones de modernización.
Pese a la integración en la empresa estatal FEVE, las amenazas de cierre del ferrocarril de La Robla han sido constantes. El Correo, 12 de julio de 1977. Archivo de Mikel Iturralde
En junio de 1975 se suprimió el servicio ferroviario en la antigua línea de La Robla entre Balmaseda e Irauregi. Abandonada estación de Sodupe. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
 
En junio de 1975 FEVE decidió suprimir el tramo del ferrocarril de La Robla comprendido entre Balmaseda e Irauregi, al ser prácticamente paralelo al histórico tren del Cadagua, también en manos de FEVE desde 1962. A partir de 1977 los rumores del inminente cierre de la línea se hicieron cada vez más insistentes, aunque la empresa estatal realizó algunas mejoras como la introducción de modernas locomotoras y vagones de mercancías, así como nuevos automotores diésel para mejorar el confort y los tiempos de viaje.
FEVE mantuvo en servicio la sección de Irauregi a Lutxana para garantizar el acceso ferroviario a Arenas de Arija y a Altos Hornos de Vizcaya. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
Pese al cierre de la línea, decretado en diciembre de 1991, se mantuvo el transporte de mercancías, como es el caso de la arena de Arija. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
 
Pese a las mejoras en el material móvil, el deficiente estado de la vía condujo a la supresión total del servicio de viajeros entre Matallana y Bercedo a partir del 27 de diciembre de 1991. Sin embargo, se mantuvo la posibilidad de transportar mercancías por lo que los trenes de arena procedentes de Arija siguieron circulando a diario hacia Bilbao.
La recuperación del tráfico de carbón en 1996 impulsó la definitiva reapertura del Ferrocarril de La Robla. Fotografía de Marcos Maté Luna
En 1994 se recuperó el servicio de viajeros entre León y Guardo. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
 
Comprometidos con su ferrocarril, los trabajadores de La Robla aprovecharon la coyuntura para lograr ganar un concurso para el transporte de carbón de importación a la central térmica de Vecilla. A partir de 1996 el carbón en lugar de bajar, subió de la costa al interior. Al mismo tiempo, gracias a acuerdos con los sindicatos y las autoridades de Castilla y León, se recuperó progresivamente el tráfico de viajeros, primero, entre Matallana y Cistierna el 26 de noviembre de 1993, para llegar hasta Guardo el 18 de octubre de 1994. Finalmente, el 30 de mayo de 2003, tras la mejora integral de toda la vía, los trenes de viajeros volvieron a circular entre León y Bilbao, incluidos los servicios turísticos del Transcantábrico y del nuevo Expreso de La Robla.
El 30 de mayo de 2003 se procedió a la completa reapertura del Ferrocarril de La Robla. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
El Transcantábrico recorre habitualmente la línea de La Robla. Fotografía de Marcos Maté Luna
 
A partir del 1 de enero de 2013 la antigua FEVE se integró en las empresas públicas Renfe y Adif. La primera opera los servicios de viajeros y mercancías y la segunda gestiona sus infraestructuras. Sin embargo, cuando se cumplen 125 años de los primeros servicios del tren de La Robla entre Espinosa de los Monteros y Balmaseda, el futuro de esta histórica línea sigue en cuestión ante la caída del tráfico de carbón y arenas y la escasa demanda de sus trenes de viajeros, agravada por decisiones incomprensibles como la supresión del acceso ferroviario al corazón de León.
El cambio más reciente en el histórico Ferrocarril de La Robla es fruto de una sentencia del Tribunal Constitucional, por el que en 2018 la sección de Irauregi a Lutxana pasará a ser gestionada por EuskoTren y ETS. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi

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