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viernes, 2 de octubre de 2015

EL UROLA, LA GUERRA CIVIL Y LOS FERROCARRILES VASCONGADOS

Composición del Ferrocarril del Urola sobre el puente de Málzaga. Mayo de 1937. Fotografía de José Luis Gorospe Leturia. Archivo Iñaki Iturain. Fuente: El Diario Vasco
 
El pasado 26 de septiembre, El Diario Vasco publicaba un interesantísimo artículo, firmado por Félix Ibargutxi en el que se recogían las recientes investigaciones del historiador Iñaki Iturain sobre la voladura de los dos puentes, el de carretera y el de ferrocarril, en Orio (Gipuzkoa) durante la Guerra Civil. La edición digital estaba acompañada por impresionantes fotografías en las que se aprecian los destrozos provocados en ambas infraestructuras. Sin embargo, una de las imágenes, precisamente la que más llamó mi atención y encabeza esta pequeña entrada, no corresponde al viaducto ferroviario de la Compañía de los Ferrocarriles Vascongados en Orio, sino al de esta misma empresa en Málzaga.
 
El pequeño error en la identificación del puente, no resta valor a esta interesantísima fotografía. Por el contrario, la imagen resulta especialmente interesante, no solo por los trabajos de reconstrucción que, como se puede observar, todavía se realizaban en el puente de Málzaga cuando se tomó la instantánea sino, también, por el tren retratado sobre la estructura, ¡una composición del Ferrocarril del Urola en territorio Vascongados!
 
En los primeros momentos de la Guerra Civil, Gipuzkoa se mantuvo leal a la República. Sin embargo, en apenas tres meses la práctica totalidad del territorio fue ocupada por las tropas rebeldes. Para intentar dificultar su avance, los republicanos destruyeron diversas infraestructuras, como los puentes de ferrocarril y carretera de Orio y las bocas del túnel de San Esteban, el 19 de septiembre de 1936 y el viaducto de Málzaga, el día 25 del mismo mes. En concreto, en esta infraestructura se destruyeron el paso superior sobre la carretera de Málzaga a Placencia y el primer tramo del puente metálico, común para las líneas de Bilbao a San Sebastián y el ramal de Málzaga a Zumárraga. Precisamente, ambos tramos son los que se observan en la imagen. 
 
A partir del 4 de octubre de 1936, el frente de batalla se estabilizó a lo largo del valle del río Deba, por lo que la práctica totalidad de las estaciones guipuzcoanas de los Ferrocarriles Vascongados, a excepción de Eibar, quedaron en manos del ejército rebelde. La vanguardia de las fuerzas republicanas se estableció junto a la estación de viajeros de Málzaga, aunque sus posiciones estaban dominadas por la artillería enemiga desde las cumbres de Arrate y Karakate, mientras que el trayecto comprendido entre Elgoibar y Placencia incluída por tanto la terminal de mercancías, se encontraba en tierra de nadie y era batida de forma constante por ambos bandos, por lo que resultaba imposible circular por esta sección.
El ejército rebelde procedió de inmediato a la reparación de los daños más importantes que presentaba la línea, sobre todo la reconstrucción de los dos arcos destruidos en el viaducto de Orio, obra iniciada el 25 de septiembre de 1936 y concluida en apenas dos meses, el 19 de noviembre. Sin embargo, la mayor dificultad que debían afrontar para reemprender el servicio era la carencia absoluta de material móvil, que había sido trasladado hacia Vizcaya en la retirada de las tropas republicanas, problema que fue superado gracias a la utilización de locomotoras, automotores, coches y vagones de los ferrocarriles del Bidasoa, San Sebastián a la Frontera, Vasco-Navarro y Urola. En concreto, este último ferrocarril alquiló a Vascongados el coche motor de viajeros Mª-2 (el que aparece en la fotografía), el furgón automotor Mm-1, los coches de viajeros B-2, 3 y 5, así como el coche C-2 y algunos vagones de mercancías. Ésta es la explicación de la presencia de esa composición del ferrocarril del Urola sobre el puente de Málzaga que se observa en la imagen que encabeza esta entrada.
 
Tras la toma de Éibar por el ejército rebelde en abril de 1937, el 6 de mayo se inició la reconstrucción del puente de Málzaga, obra que quedó concluida el 30 del mismo mes, lo que permitió el paso de los trenes. Poco después, tras la caída del frente del Norte, Vascongados pudo recuperar sus propias locomotoras, coches y vagones dispersados en la retirada republicana por numerosas estaciones de la red ferroviaria de vía métrica de la Cornisa Cantábrica y devolver el material alquilado a otras empresas. Sin embargo, la experiencia sirvió de base para autorizar la circulación de los trenes del Urola por la red de Vascongados, lo que se materializaría en 1950 con la implantación de servicios directos de Azkoitia a San Sebastián, popularmente conocidos como el "talguillo".
 
 
 

5 comentarios:

  1. Sabeis donde puedo encontrar información sobre el ferrocarril que suministraba material víveres y soldados al bando nacional en la batalla del Ebro en la guerra civil en octubre y noviembre de 1938. La línea la llamaban «línea de Val de Zafan» ya en tierras de Tarragona. Gracias. Un saludo.

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  2. Muy interesante recuerdo al mitico Urola,en tristes circunstancias,como fue aquel conflicto,pero,emotiva su lectura

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  3. Yo estuve de vacaciones en Cestona a finales de los años '50 y recuerdo que fui en tren directo de Cestona a San Sebastian, por lo que ratifico lo dicho por Juanjo. En aquella época no teniamos coche y los desplazamientos siempre los haciamos en tren. Tengo grata memoria de la magnífica playa de Zarauz y lo pintoresco de Guetaria.

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    1. Yo estuve en Cestona en 1955, pero me parece recordar que el viaje Donosti-Zestoa no era directo, sino que había que hacer trasbordo en Zumaia. Allí cogíamos el ferrocarril del Urola. Corríjanme si me equivoco. Saludos.

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  4. Yo estuve en Cestona en el verano de 1955, pero creo recordar que el viaje Donosti-Zestoa no era directo, sino que debíamos trasbordar en Zumaia, para coger el ferrocarril del Urola hasta Cestona. Allí conocí al famoso loro Pepe, el que imitaba el silbato del jefe de estación, con lo que causaba problemas al conductor del tren...

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