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sábado, 4 de enero de 2014

AGUR DURANGO

Vista parcial de las instalaciones de mantenimiento de Ferrocarriles Vascongados en Durango. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril

El comienzo del año 2014 ha supuesto el definitivo cierre de los históricos talleres de EuskoTren en Durango (Bizkaia).


El origen de estas históricas instalaciones se remonta a los propios inicios de los ferrocarriles de vía métrica en Euskadi ya que la Compañía del Ferrocarril Central de Vizcaya, concesionaria del ferrocarril de Bilbao a Durango, eligió diversos terrenos próximos a la estación de Durango para el establecimiento de sus primeros talleres. Asimismo, su continuadora, la Compañía del ferrocarril de Durango a Zumárraga, también escogió esta villa vizcaína para implantar los servicios de mantenimiento del material móvil. Sin embargo, estas instalaciones, pequeñas y dispersas, pronto resultaron insuficientes ante el incremento del servicio ferroviario y, por tanto, de las locomotoras, coches y vagones necesarios para prestarlo.
Plano de las instalaciones ferroviarias de Durango a principios de siglo. Dibujo de Pedro Pintado Quintana

En el año 1902 el Central de Vizcaya decidió construir unos modernos talleres, que deberían establecerse en las inmediaciones de la estación de Durango, en los que se centralizarían todos los trabajos de mantenimiento del material móvil. Tras descartar la utilización de las dependencias de la propia estación y el traslado de los servicios de viajeros y mercancías a otro emplazamiento, la empresa decidió encomendar el diseño de las nuevas instalaciones a su ingeniero; Luis Camiña. En el verano de ese mismo año, tras la redacción del oportuno proyecto, se contrataron las primeras obras,[1] mientras que los elementos más importantes, entre ellos la estructura metálica y los dos carros trasbordadores, se adjudicaron a la empresa Talleres de Zorroza, el 23 de diciembre de 1902.[2]
Detalle de las fachadas de los talleres de Durango. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril

Las obras de construcción de las nuevas instalaciones se desarrollaron con celeridad, lo que permitió su inscripción en el registro de la propiedad el 9 de febrero de 1904[3] y el inmediato inicio de la actividad industrial.
Plano de las isntalaciones de mantenimiento de material motor y remolcado de los Ferrocarriles Vascongados en Durango. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril

Los nuevos talleres de Durango se dimensionaron no sólo para la realización de las labores de mantenimiento del parque de material móvil del ferrocarril Central de Vizcaya sino también del de las líneas de Durango a Zumárraga y de Elgoibar a San Sebastián, dado que en aquel momento ya estaba muy maduro el proyecto de fusión de las tres empresas concesionarias que explotaban la línea de Bilbao a Donostia que, en 1906 se materializaría en la constitución de la Compañía de los Ferrocarriles Vascongados. Pero además, pronto se adquirió el utillaje necesario para ampliar su actividad a la construcción de nuevos vehículos y de hecho, el Consejo de Administración del Central de Vizcaya decidió, el 28 de abril de 1904, encomendarles la fabricación de 10 vagones tippins.[4]
Locomotora de vapor fotografiada en el interior de los talleres de Durango. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril

Tras la positiva experiencia de este primer encargo, los Talleres de Durango continuaron fabricando a lo largo de los años diversas series de vehículos con destino a las líneas de los Ferrocarriles Vascongados. Así, en 1907 construyeron un coche salón de bogies, a partir del bastidor de un coche truck de 1ª y 2ª clase que requería gran reparación,[5] mientras que un año más tarde se montaron dos coches de tercera clase.[6]
Coche de viajeros construido en los talleres de Durango. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril

En principio, la construcción de nuevos vehículos ferroviarios en los Talleres de Durango se destinó exclusivamente a satisfacer las necesidades de la Compañía de los Ferrocarriles Vascongados, salvo un caso verdaderamente excepcional, la venta de seis vagones bordes bajos, de ellos tres con freno,  encargados por la Fábrica de Vagones de Beasaín.[7]
Vagón de mercancías fotografiado sobre uno de los carros transbordadores o "cangrejos" del taller de Durango. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril

Con el paso del tiempo, los Talleres de Durango renovaron el utillaje preciso para el desarrollo de sus actividades, al mismo tiempo que incorporaban las tecnologías más modernas en la materia. De este modo, en diciembre de 1924 se adquirió un grupo de soldadura autógena al fabricante alemán Fernholz[8] y en la misma época se realizaron los primeros ensayos de soldadura eléctrica,[9] que culminaron en julio de 1925 con la compra de un nuevo equipo.[10] Asimismo, para mejorar el acabado de los trabajos, en abril de 1930 se decidió contratar, con la empresa norteamericana Thomas Sprayit, el suministro de un sistema para el pintado de coches y vagones mediante pistola de aire comprimido.[11]
Los talleres de Durango resultaron seriamente dañados en el bombardeo de la aviación fascista a esta localidad vizcaína. Archivo Franco Borgato

A partir de 1942, los Talleres de Durango iniciaron una nueva etapa con la reconstrucción de primitivos coches de madera mediante la fabricación de nuevas carrocerías metálicas,[12] operación que alcanzó a un total de 67 unidades. Posteriormente, desde el año 1958, en sus instalaciones se procedió a la construcción integral de nuevos coches pero, sin lugar a dudas, la principal realización fue la de los cuatro automotores para el servicio de viajeros fabricados entre 1962 y 1967.
Trabajos de construcción de coches metálicos en los talleres de Durango. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril

Durante setenta setenta años, la fisonomía de los Talleres de Durango apenas experimentó cambios. Sin embargo, en 1977 y como consecuencia de la adquisición de las nuevas unidades de tren de la serie 3500, la empresa estatal Feve, en la que se habían integrado los Ferrocarriles Vascongados en 1972, decidió ampliar sus instalaciones con la construcción de un nuevo pabellón anexo levantado sobre la antigua playa de vías de mercancías. En principio estas dependencias funcionaban de forma independiente respecto al antiguo taller, ya que en el primero se mantenían en exclusiva los nuevos trenes, mientras que el restante material siguió siendo atendido en las viejas dependencias. Sin embargo, pronto se procedió a su unificación, lo que implicó la completa renovación de equipos y maquinaria.
En 1977 Feve amplió las instalaciones de los talleres de Durango. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi

Hasta la primera semana de 2014, los talleres de Durango han mantenido su secular actividad con instalaciones totalmente renovadas y adaptadas a los nuevos tiempos. Así, han sido dotados de modernos equipos de elevación, torno de fosa, sistemas de limpieza de cofres eléctricos por aspiración o aparatos neumáticos de carga de areneros, con lo que se han convertido en el principal centro de mantenimiento de material móvil de la empresa EuskoTren, en la que se integraron en 1982, tras la cesión de las líneas de Feve en Euskadi a las instituciones vascas en 1979. Sin embargo, la importante operación urbanística emprendida en los últimos años en Durango y que ha implicado el soterramiento del paso del tren a su paso por esta localidad, ha traído consigo la desaparición de los centenarios talleres, que han sido reemplazados por las nuevas dependencias de Lebario, diseñadas para poder hacer frente con solvencia todas las necesidades, presentes y futuras, de mantenimiento del material móvil de EuskoTren, incluida la futura línea 3 del metropolitano de Bilbao.

Actividad en los talleres de Durango. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi




[1] Ferrocarril Central de Vizcaya, Libro de Actas del Consejo de Administración Nº 4, p. 201.
[2] Ferrocarril Central de Vizcaya, Libro de Actas del Consejo de Administración Nº 4, p. 234.
[3] Ferrocarril Central de Vizcaya, Libro de Actas del Consejo de Administración Nº 5, p. 33.
[4] Ferrocarril Central de Vizcaya, Libro de Actas del Consejo de Administración Nº 5, p. 55.
[5] Ferrocarriles Vascongados, Memoria del ejercicio 1907, p. 23.
[6] Ferrocarriles Vascongados, Memoria del ejercicio 1908, p. 27.
[7] Ferrocarriles Vascongados, Libro de Actas del Comité Ejecutivo, Nº 2, p. 390.
[8] Ferrocarriles Vascongados, Libro de Actas de las Comisiones, Nº 5, p. 39.
[9] Ferrocarriles Vascongados, Libro de Actas de las Comisiones, Nº 5, p. 29.
[10] Ferrocarriles Vascongados, Libro de Actas del Consejo de Administración Nº 3, p. 113.
[11] Ferrocarriles Vascongados, Libro de Actas del Consejo de Administración Nº 4, p. 448.
[12] Ferrocarriles Vascongados, Libro de Actas del Consejo de Administración Nº 7, p. 370.

3 comentarios:

  1. Pues si, Juanjo, una pena, ya que, ahí se han mantenido desde locomotoras de vapor hasta las modernas 900, incluso se han fabricado automotores, pero, por otra parte, Lebario ofrece equipos mejores y más vías para albergar más material. Finalmente, Durango va a ganar mucho, primero, porque, gracias al soterramiento se ha ganado en seguridad. También se debe decir que, gracias al derribo de los talleres, igual hacen algún parque o algo y, ese municipio ganas más terreno. Lebario está apartado en una zona que tiene alguna industria de por medio.

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  2. Muy buen reportaje,Juanjo,creo que siempre quedara un "vacio"para la memoria de los aficionados ya no volver a ver la imagen de esas miticas instalaciones,siempre permanecera en mi recuerdo(y en el de todos los aficionados),la variedad de material que confluia en su playa de vias,las Brown Boveri,Aseas,unidades,vagones y el mas diverso material que se podia observar en su playa de vias...

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  3. Para mi, ke he conocido en profundidad los talleres de Durando una pena ke finalmente desaparezcan unas instalaciones k deberían de pertenecer a la historia del ferrocarril de bizkaia, pero en el recuerdo siempre seguiran.

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