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martes, 23 de julio de 2013

EL TRATADO DE RECIPROCIDAD FERROVIARIA TRANSFRONTERIZA

Puente internacional del Bidasoa
 
El 21 de abril de 1864, cruzaba por primera vez un tren regular de viajeros la frontera franco-española sobre el Bidasoa. (1) Con este servicio se inauguraba una nueva etapa en la historia de los ferrocarriles españoles, la de las comunicaciones internacionales, que sería seguida un año más tarde por la inauguración, el 22 de noviembre de 1866, de la línea de Ciudad Real a Lisboa por Badajoz y el 20 de enero de 1878 por el paso fronterizo de Portbou, en Cataluña.
Estación internacional de Port Bou
 
A diferencia de las comunicaciones con Portugal, en el caso de los enlaces internacionales con Francia, a las exigencias de control aduanero se sumaba el hecho de coincidir en los puntos fronterizos dos anchos de vía diferentes: el hoy considerado como estándar europeo, de 1.435 milímetros de separación entre las caras interiores de los carriles y el de seis pies castellanos o 1.672 milímetros, con el que se estableció la red ferroviaria española.
Estación internacional de Irún
 
En la primera de las conexiones internacionales se solucionó este problema mediante el tendido de dos vías paralelas entre las estaciones fronterizas de Irún en España y Hendaya en Francia. Una de ellas, la situada al Oeste, se estableció con el ancho de vía normalizado en la Península Ibérica, mientras que la otra se implantó con el ancho de vía de 1.435 milímetros. Cada una de las empresas concesionarias, la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España en la vertiente española y Chemins de Fer du Midi en la francesa, se obligaba a construir la explanación y vías en ambos anchos desde las agujas de salida de sus respectivas estaciones hasta el puente internacional sobre el Bidasoa, mientras que esta última infraestructura, formada por cinco arcos de sillería que sumaban 100 metros de longitud, era sufragada por ambas a partes iguales.
Vista del puente internacional del Bidasoa, desde la vertiente francesa
 
Para la explotación conjunta de este trayecto internacional y la regulación de los servicios de aduanas, los gobiernos español y francés suscribieron, el 8 de abril de 1864, un convenio para determinar «las medidas de vigilancia y aduanas para el servicio internacional en los caminos de hierro del Norte de España y del Mediodía de Francia» (2).
Estación internacional de Irún. A la izquierda, las vías de ancho internacional. A la derecha, las de ancho ibérico
 
Entre otros aspectos, el citado convenio regulaba la reciprocidad en las relaciones ferroviarias entre ambos países. De este modo, los trenes españoles de viajeros y mercancías llegarían hasta la estación de Hendaya, donde se realizarían las formalidades aduaneras precisas, y regresarían de vacío a Irún. A la inversa, el tráfico de Francia a España correspondería a los trenes franceses de la compañía de Midi que, a su vez, regresarían de vacío a Hendaya.
Estación internacional de Puigcerdá. Fotografía de Christian Schnabel
 
Esta fórmula se repitió años después cuando, en 1878, se implantó el segundo paso ferroviario en el otro extremo de los Pirineos: entre Portbou y Cerbere. En este caso el enlace se materializó mediante la perforación de un túnel internacional dotado también de dos vías, una en ancho español y la otra de 1.435 milímetros. Nuevamente, los trenes españoles de viajeros y mercancías llegaban hasta la estación francesa de Cerbere y regresaban de vacío a España, mientras que en el sentido Norte-Sur eran los trenes franceses los que cubrían el tráfico, para regresar de vacío a Cerbere. El paso del ferrocarril Transpirenaico oriental, inaugurado el 21 de julio de 1929, entre Puigcerdá y Latour-de-Carol, reprodujo esta misma fórmula de implantación de dos vías únicas paralelas, cada una en un ancho de vía. Por el contrario, en el caso del Transpirenaico central, inaugurado el 18 de julio de 1928, las grandes dificultades que presentaba la abrupta orografía de la zona, hicieron que finalmente se optara por construir una sola instalación de trasbordo en la vertiente española: la famosa estación internacional de Canfranc.
 Obras de construcción del túnel internacional de Canfranc


 


(1) Gaceta de los Caminos de Hierro, Nº 18, 1 de mayo de 1864, p. 277.
(2) Gaceta de Madrid, Nº 190, 8 de julio de 1864, p. 1.

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