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lunes, 1 de enero de 2024

HACE 111 AÑOS LOS FERROCARRILES DE VÍA MÉTRICA LLEGAN A BARCELONA (II)

 

Ferdinand Gillis gestionó la compra para el ferrocarril de Madrid a Aragón de tres potentes locomotoras articuladas sistema Mallet, las más bellas de España, construidas el año 1920 en Bélgica por Haine St. Pierre. Fotografía de Trevor Rowe. Archivo Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril

EDOUARD FERDINAND GILLIS JADOUL

El belga Edouard Ferdinand Gillis Jadoul fue el artífice de la toma de control de los proyectos de la Compañía del Tranvía del Bajo Llobregat por parte de los capitales de su país y también fue el titular de las concesiones de Martorell a Sant Andreu de la Barca y de Sant Vicenç de Castellet a Manresa.

Poco se ha podido averiguar sobre la educación y los primeros años de trayectoria profesional de Edouard Ferdinand Gillis Jadoul, que vino al mundo el 21 de abril de 1854 en la pequeña población valona de Orp Jauche, situada a medio camino entre Bruselas y Lieja. La primera constancia sobre su presencia en España quedó registrada en el Anuario de Ferrocarriles y Tranvías editado por Enrique de la Torre en 1897, en el que figura como director del tranvía de vapor de Barcelona a Badalona, empresa filial de la Compañía Central de Ferrocarriles y Tranvías de España, sociedad con sede social en Bruselas.

En 1902 Gillis parece que cambió los aires del Mediterráneo por los de la Meseta, ya que a partir de ese año figura en los Anuarios de Enrique de la Torre como director general del Ferrocarril del Tajuña, domiciliado en el número 8 de la madrileña calle de Columares. Esta empresa, también vinculada a los capitales belgas, pretendía establecer un ferrocarril de vía métrica que aprovecharía las líneas de Madrid a Arganda y Colmenar de Orejo, así como el ramal de Morata a Orusco y Cifuentes, para prolongar su recorrido, por Trillo y Molina de Aragón, hasta Caminreal.

El ferrocarril del Tajuña jamás alcanzó su objetivo final, pese a que en 1919 llegó a mutar su razón social por la de Compañía del Ferrocarril de Madrid Aragón, cambio de nombre que fue autorizado por el Gobierno, a petición del propio Ferdinand Gillis, el 2 de agosto de 1919.

Gillis también realizó numerosas gestiones para obtener, a favor del ferrocarril del Tajuña, una concesión verdaderamente alejada de su área de influencia, el del tren de Puertollano a La Carolina, con el que se pretendía comunicar las explotaciones mineras de carbón y plomo del entorno, además de abrir un nuevo paso ferroviario en Sierra Morena. Una vez más, su papel en este asunto fue la defensa de los intereses económicos belgas en esta zona.

La muerte sorprendió a Ferdinand Gillis en Madrid el 24 de mayo de 1920, cuando apenas había cumplido los 66 años de edad. En aquel momento seguía ostentando la dirección de la Compañía del Ferrocarril de Madrid a Aragón y, además, era cónsul de Bélgica en España. Durante su carrera profesional se hizo acreedor de diversas distinciones, tanto del gobierno de su país como del de España, que en 1911 le otorgó la Gran Cruz de la Orden Civil del Mérito Agrícola.


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