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viernes, 17 de marzo de 2023

EL TREN LLEGA A BILBAO (III)

 

Retrato de Charles Blacker Vignoles

CHARLES BLACKER VIGNOLES 


Probablemente el apellido más mencionado en el mundo del ferrocarril sea el del ingeniero jefe de la construcción del ferrocarril de Tudela a Bilbao, el irlandés Charles Blaker Vignoles, aunque, evidentemente, no fue con esta obra con la que logró el reconocimiento internacional, sino con el carril que lleva su nombre y que, desde mediados del siglo XIX, es utilizado por todos los ferrocarriles del planeta.


Charles Vignoles nació en Woodbrook, al sur de Irlanda, entonces parte del Reino Unido, el 31 de mayo de 1793. Como su familia estaba vinculada al ejército, curso sus estudios en la Real Academia Militar de Woolwich, en la que se licenció en 1813, para participar en las guerras napoleónicas con los Royal Scots bajo el mando de Wellington. En 1815 fue ascendido a teniente y comisionado al Canadá.


Finalizada la guerra, Vignoles regresó a América con el propósito de luchar junto a Simón Bolívar, pero pronto se trasladó a los Estados Unidos para trabajar como asistente del ingeniero del estado de Carlina del Norte en Charleston. En 1821 trabajaba como topógrafo en St. Augustine (Florida). Dos años más tarde regresó a Gran Bretaña para trabajar para el London Commercial Docks.


La primera relación de Vignoles con el ferrocarril tuvo lugar en 1925, cuando fue propuesto para inspeccionar el proyecto de la línea de Londres a Brighton, así como para realizar los levantamientos topográficos del de Liverpool a Manchester. Posteriormente, trabajó en otros caminos de hierro como el Wigan Branch Railway (1832) y el St. Helens and Runcorn Gap Railway (1833). Además, entre 1836 y 1838 fue el responsable de la Comisión Real de Ferrocarriles en Irlanda, donde dirigió la construcción de las primeras líneas de la isla.


Precisamente en 1836 propuso, por primera vez en Europa, la utilización de los carriles que llevan su nombre, aunque habían sido inventados en 1831 por el norteamericano Robert L. Stevens, pero laminados en Gran Bretaña, donde los pudo conocer Vignoles de primera mano. Gracias a su encendida defensa de las virtudes de estos carriles, finalmente sería su nombre, y no el de su inventor, el que quedaría asociado a ellos en todo el mundo.


En la década de los cuarenta del siglo XIX, Vignoles participó en la construcción de numerosos ferrocarriles en Gran Bretaña, así como en otros países, como es el caso de la línea de Frankfurt a Wiesbaden y Colonia y el del Oeste de Suiza. También dirigió la realización de obras singulares como el puente de cadenas sobre el río Dniéper en Kiev (Ucrania).


Entre 1857 y 1863 Charles Vignoles trabajó como ingeniero jefe del ferrocarril de Tudela a Bilbao, actividad que, a partir de 1860, compaginó con la construcción del tren de Bahía a San Francisco, en Brasil, aunque parece que nunca llegó a viajar al país americano. Concluido su trabajo en España, se retiró en la localidad inglesa de Hythe, cerca de Southampton, donde falleció el 17 de noviembre de 1875.


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