UNA CURIOSA INCURSIÓN
Los primeros tramos del ferrocarril de Ferrol a Gijón se abrieron al servicio a partir de 1956, momento en el que la tracción diesel ya comenzaba a implantarse en la vía métrica española. En consecuencia, únicamente el tramo de Pravia a Avilés llegó a ser explotado, y por muy poco tiempo, con locomotoras de vapor, ya que pronto un variopinto parque de automotores y locomotoras diesel tomó el relevo.
Consecuencia de la brevedad de este periodo, son muy escasas las imágenes de locomotoras de vapor en servicio en el ferrocarril de Ferrol a Gijón, siendo una de las pocas excepciones la imagen que ocupa esta sección, tomada sobre el viaducto sobre el Nalón situado en los accesos de la estación de Pravia, que con sus 394 metros es el segundo de mayor longitud de toda la línea… ¡pero tiene trampa!
En efecto, lo primero que llama la atención al lector es la notable calidad de esta fotografía, poco habitual en las imágenes ferroviarias tomadas en nuestro país en los años cincuenta. Además, se aprecia la presencia de catenaria, cuando, como se ha señalado anteriormente, el tramo de Pravia a Avilés no se electrificó hasta 1986, época en la que hacía años que se había erradicado la tracción vapor en todas las líneas de Feve.
La presencia de este tren de vapor en la línea de Ferrol a Gijón tiene una sencilla explicación. En el año 2004 se conmemoraba el centenario del vecino ferrocarril Vasco-Asturiano, ocasión que el Museo del Ferrocarril de Asturias y Feve quisieron celebrar con la organización de una serie de eventos, entre los que destacaba la realización de varios viajes con tren de vapor entre las estaciones de Pravia y San Esteban de Pravia.
Para la realización de estos viajes, se contó con la colaboración de Euskotren, y su Museo Vasco del Ferrocarril, que trasladó hasta Asturias la locomotora de vapor Aurrera y dos coches del antiguo Ferrocarril del Urola. Durante cuatro días, este tren circuló por el tramo final del Vasco-Asturiano, pero para realizar las maniobras de inversión de marcha en la estación de Pravia, esta composición histórica debía invadir, por unos metros, las vías del ferrocarril de Ferrol a Gijón.
Gracias a la complicidad del personal de circulación de Feve, en una de las maniobras se prolongó el movimiento algunos metros más de los estrictamente necesarios, con lo que el tren de vapor de Euskotren se adentró en el elegante viaducto del río Nalón. José Antonio Gómez Martínez no desaprovechó la ocasión para inmortalizar con su cámara uno de los pocos trenes de vapor que ha llegado a circular sobre las vías del ferrocarril de Ferrol a Gijón, y el único que, al menos por el momento, lo ha hecho en pleno siglo XXI.
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