Tranvías de dos pisos
Los tranvías de dos pisos o con “imperial” fueron muy comunes en los tiempos en que este medio de transporte se explotaba con motor de sangre y, sin ir muy lejos, ejemplares de este tipo se podían encontrar en nuestro país en ciudades como Barcelona, València o Madrid. Sin embargo, prácticamente desaparecieron en todo el mundo con la introducción de la tracción eléctrica y únicamente Gran Bretaña y sus antiguas colonias continuaron utilizándolos habitualmente.
Excepción a esta norma fueron los tranvías de Barcelona, donde hasta los años sesenta del pasado siglo circularon hasta medio centenar de tranvías eléctricos de dos pisos. Los primeros, matriculados según el excelente libro de Félix Zurita Tramvies de Barcelona, del 133 al 139 y del 166 al 168, procedían de la transformación de antiguos remolques de mulas y entraron en servicio entre 1903 y 1911, aunque su existencia con esta disposición fue efímera, ya que en 1911 recibieron nuevas carrocerías de un solo piso.
Pese a su breve existencia, la experiencia con los primeros tranvías de dos pisos debió ser lo suficientemente positiva como para encargar la construcción de 25 coches de nueva construcción, matriculados en la serie 169 a 193, puestos en servicio entre 1908 y 1909. Cinco años más tarde se contrataron otras quince unidades, marcadas en este caso del 194 al 208, fabricadas entre 1914 y 1915.
A lo largo de su dilatada existencia, los tranvías de dos pisos de Barcelona experimentaron diversas reformas, siendo la más destacada el cerramiento del piso superior, completamente abierto en origen. De este modo prestaron servicio durante cerca de medio siglo ya que, según señala César Ariño en Barcelona Tranvías 1, las últimas unidades se desguazaron en 1964.
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