Una gran herencia
La Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España llegó a contar en su máximo apogeo con una red de 3.822 kilómetros que comunicaba Madrid con prácticamente toda la mitad norte peninsular, disponiendo de estaciones en 22 capitales de provincia: Coruña, Lugo, León, Oviedo, Palencia, Burgos, Valladolid, Ávila, Segovia, Madrid, Logroño, Bilbao, Vitoria, San Sebastián, Pamplona, Zaragoza, Huesca, Lleida, Barcelona, Tarragona, Castelló y València.
Tras construir las líneas que conformaron sus primeras concesiones, de Madrid a Hendaia, el ramal de Venta de Baños a Alar del Rey y la línea de Contorno de Madrid, con una longitud de 740,339 kilómetros, la práctica totalidad de las posteriores ampliaciones de la red de la Compañía del Norte se realizó mediante la absorción de otras empresas concesionarias en dificultades financieras, en muchas ocasiones provocadas, al menos en parte, por la propia Compañía del Norte que, al controlar el gran eje de Madrid a la frontera francesa, podía aplicar tarifas poco favorables para sus líneas tributarias. De este modo, tomó el control de importantes operadores como las Compañías de Tudela a Bilbao, la de Zaragoza a Pamplona y Barcelona o la de Almansa a Valencia y Tarragona.
De todas las empresas que a lo largo de su historia absorbió la Compañía del Norte, la que mayor kilometraje aportó a su red fue, sin duda, la Compañía de los Ferrocarriles de Asturias a Galicia y León.Su red estaba compuesta por un total de 740,108 kilómetros, solo unos pocos metros menor que la inicial de Norte, repartidos entre su gran eje de Palencia a Coruña, de 547,235 kilómetros de longitud, y la línea de León a Gijón, que sumaba otros 170,808 kilómetros. Este conjunto de vías se completaba con dos pequeños ramales; el primero de ellos, inaugurado el 1 de marzo de 1883, partía de la estación de Toral de los Vados, sobre la línea general a Galicia, para alcanzar Villafranca del Bierzo y tenía una longitud de 9.149 metros. El segundo, inaugurado ese mismo año, el 30 de abril, comunicaba Oviedo con Trubia y su importante fábrica de armas, con un recorrido de otros 12.916 kilómetros.
Gracias a la incorporación de las antiguas líneas de los ferrocarriles del Noroeste, la Compañía del Norte pudo monopolizar los accesos ferroviarios a Galicia y Asturias, incluidos los importantes tráficos carboneros que generaban las minas asturianas y las del Bierzo. Como es sabido, en 1941 la Compañía del Norte se integró en Renfe, pero estos ferrocarriles mantuvieron elmonopolio las comunicaciones de la zona, solo roto a partir de 1957 con la inauguración del ferrocarril directo de Zamora a Orense, una de las muchas líneas impulsadas en el siglo XIX por Juan Flórez.
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