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sábado, 5 de mayo de 2018

BUITRÓN A SAN JUAN DEL PUERTO (HUELVA): EL PRIMER FERROCARRIL DE VÍA ESTRECHA


Fotografía de fábrica de la locomotora Nº 1 del ferrocarril de Buitrón a San Juan del Puerto, bautizada como "Victoria" en honor a la reina de Inglaterra. Colección de Jesús Copeiro
 
El 5 de mayo de 1868 entraba en servicio la primera sección de un ferrocarril pionero en numerosos sentidos del término. El de Buitrón a San Juan del Puerto fue el primer ferrocarril minero de España, con la excepción de la línea de servicio general del Langreo (Asturias), también de abierta vocación minera. Fue también el primero en ser establecido en vía estrecha, aunque en aquella época el ancho internacional que utilizaba el citado Langreo era también considerado vía estrecha. Asimismo, fue la primera vía férrea española en utilizar el ancho de 1.067 milímetros, tan común en los ferrocarriles coloniales británicos y, por último, fue también el primer ferrocarril de la provincia de Huelva, ya que inició su andadura cuando la provincia todavía no contaba con ninguna línea de ancho normal.
 
El origen del ferrocarril de Buitrón a San Juan del Puerto se encuentra en el propio desarrollo de la revolución industrial y la gran demanda mundial de nuevos recursos minerales que trajo consigo. Entre otros materiales, el cobre y el azufre adquirieron a mediados del siglo XIX una gran importancia, el primero en la fabricación de calderas, tubos y otros elementos metálicos y el segundo, como base para la fabricación de ácido sulfúrico, imprescindible para la industria química y, sobre todo, en la producción de fertilizantes. En consecuencia, diversos grupos inversores europeos pronto centraron su interés en los criaderos del norte de Huelva con abundantes yacimientos de piritas ricas en ambos minerales.
 
Naturalmente, la explotación de los ricos recursos mineros del norte onubense exigía la construcción de los medios de transporte precisos para trasladar la mena desde los yacimientos a la costa, donde podría ser embarcada para atender la creciente demanda de la industria europea. En consecuencia, se estudiaron y construyeron numerosas vías férreas entre las que han destacado los ferrocarriles mineros de Buitrón, Tharsis y Río Tinto, acompañados por infinidad de pequeñas vías afluentes a estos tres grandes ejes.
Tren de mineral del ferrocarril de Buitrón a San Juan del Puerto. Fotografía de Juan Zubía. Archivo de la Fundación Sancho el Sabio
 
Como ya se ha señalado, el primer ferrocarril minero de Huelva y de España fue el de Buitrón a San Juan del Puerto, cuya concesión fue otorgada por el gobierno español a Federico Ulderswaw Smithers, representante de la firma británica The Buitron and Huelva Railway and Mineral Company Limited, el 4 de marzo de 1867. Como señala el historiador onubense Jesús Ramírez Copeiro del Villar, esta empresa, y su antecesora, The South Europe Mining Company Limited, explotaban desde 1862 diversas minas de pirita en el entorno del castillo de Butrón, transportando la producción hasta los embarcaderos de San Juan del Puerto en interminables reatas de mulos, procedimiento evidentemente antieconómico, por lo que la construcción de la vía férrea era de urgente necesidad.
 
Para el estudio del trazado ferroviario la empresa minera contrató al ingeniero británico James Bull y del mismo origen sería el contratista de las obras, Henry Docwra, y el director de los trabajos, el ingeniero Thomas Arthur Greenhill. Dada la urgente necesidad de contar con el tren para abaratar los transportes mineros, pocos días después de obtener la concesión se inició su construcción en el paraje de La Alquería, en San Juan del Puerto, lugar en el que se recibían por vía marítima todos los materiales necesarios y que se iban trasladando por el ferrocarril a medida que avanzaba el tajo.
 
Apenas había transcurrido un año desde el inicio de las obras cuando, el 5 de mayo de 1868, entraba en servicio el primer tramo entre San Juan del Puerto y la Venta Eligio, de cerca de 27 kilómetros de longitud. Dos meses más tarde, el 28 de julio de 1868, los trenes llegaban a la principal localidad de la comarca, Valverde del Camino, que sería elegida por los técnicos británicos como centro neurálgico del ferrocarril. De este modo, en sus instalaciones se levantaron depósitos, talleres, oficinas, almacenes y todo lo necesario para la correcta explotación del servicio.
Descarrilamiento de un tren de mercancías del ferrocarril de Buitrón. Fotografía de Juan Zubía. Archivo de la Fundación Sancho el Sabio
 
Fue preciso esperar otros dos años para ver completada la vía férrea hasta Buitrón, dado que el último tramo desde Valverde del Camino, debía afrontar notables dificultades orográficas que exigieron la construcción de diversas obras de fábrica, entre las que destaca un túnel de 185 metros y un puente metálico de tres tramos y 63 metros de longitud. Finalmente, el 1 de septiembre se pudo inaugurar la totalidad del ferrocarril minero de Buitrón a San Juan del Puerto, de 48,805 metros de longitud.
 
Progresivamente, el ferrocarril de Buitrón a San Juan del Puerto fue ampliando su pequeña red de vías, con la apertura de nuevos ramales como el de Zalamea, abierto en 1875. De este modo, la empresa concesionaria explotaba en 1890 un conjunto de vías que sumaban unos 90 kilómetros de longitud. Por otra parte, aunque en sus primeros años únicamente prestaba servicio de transporte de mercancías, a partir de 1874 estableció también el servicio de viajeros.
 
El de Buitrón fue, junto al de Tharsis y al de Río Tinto, el primero de los tres grandes ferrocarriles mineros de Huelva, pero también el menos lucrativo para sus promotores. De hecho, ya en 1891 la empresa explotadora fue declarada en quiebra y asumida por su principal acreedor, el industrial Frank Clarke Hills. En 1906, los activos de esta firma fueron adquiridos por The United Alkali Company Limited que segregó el ferrocarril de las explotaciones mineras. Para la operación de la vía férrea, en 1907 constituyó en Londres la Compañía Anónima de Buitrón. Siguiendo a Ramírez Copeiro se puede constatar que los años siguientes, hasta 1919, fueron los más florecientes para el tren de Buitrón, que llegó a contar con una plantilla de 760 empleados.
La locomotora "Valverde" descansa en las cocheras de Valverde del Camino. Fotografía de Frank Jones
 
La Compañía Anónima de Buitrón realizó diversas inversiones para la mejora del servicio ferroviario, con la adquisición de nuevo material móvil o la rectificación del tramo más deficiente del trazado, mediante una variante entre las estaciones de Empalme y Valverde, de 6 kilómetros de longitud, inaugurada en 1917. Sin embargo, no pudo completar la mejora de la principal limitación de su explotación, que no era otro que el embarcadero de San Juan del Puerto, que únicamente admitía el acceso de barcazas que, posteriormente, debían trasbordar su carga a los barcos en aguas más profundas. Los rectores de la empresa ferroviaria intentaron prolongar sus vías hasta el puerto de La Rábida con un nuevo trazado que debía pasar por los pueblos de Palos y Moguer. Sin embargo, la inversión no llegó a ser autorizada, por lo que finalmente se tuvieron que limitar a mejorar los sistemas de carga en sus antiguos muelles sobre el río Tinto, con una capacidad muy limitada que frenó la posible expansión de los transportes.
 
Aunque a principios de los años veinte el ferrocarril de Buitrón a San Juan del Puerto alcanzó sus máximos históricos, con 1,7 millones de toneladas y más de 700.000 viajeros anuales, el desarrollo, a partir de 1925, de las primeras líneas de autobuses en competencia, unido al progresivo agotamiento de las minas más productivas, provocaron la caída del tráfico y la pérdida de la rentabilidad. En consecuencia, el 1 de enero de 1935 se suprimió el servicio de viajeros y el 31 de diciembre de 1941 los propietarios británicos renunciaron a la explotación.

1 comentario:

  1. Un pequeño inciso: los datos de tráfico del ferrocarril en los años 1920 fluctuaron en sus máximos entre 71.000 y 74.000 pasajeros, no los 700.000 que figuran, cifras que difícilmente podían alcanzarse en las zonas atravesadas y con poco tráfico ferroviario de pasajeros; en sus mejores años transportando viajeros, ya en la dura postguerra de los años 1940, apenas se alcanzaron los 285.000. Indudablemente, esto no desmerece en absoluto esta interesantísima entrada sobre este ferrocarril que no cuenta con demasiada literatura por desgracia. Un afectuoso saludo.

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