La vista desde la cola de este largo tren mixto ofrece una falsa sensación de velocidad. Fotografía de Trevor Rowe. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
Pese a su modestia, el ferrocarril de Valdepeñas a Puertollano fue, al menos en un campo, superior a todos los ferrocarriles españoles: ¡sus trenes de pasajeros eran los más lentos de todo el país!
En efecto, si se consultan los horarios de los servicios ofrecidos por este modesto tren manchego se puede observar que era necesario invertir, ni más ni menos que cuatro horas y treinta y seis minutos para cubrir los 76 kilómetros que separaban Valdepeñas de Puertollano, lo que representa una velocidad media de 17,81 kilómetros por hora. Desde luego, esta cifra contrasta abruptamente con los registros que cada día marcan los trenes que en la actualidad pasan a pocos metros de su primitiva terminal puertollanense: los AVE de la línea de Alta Velocidad de Madrid a Sevilla.
Curiosamente, el tramo más moderno, el comprendido entre Campo de Calatrava y Puertollano, era en el que los trenes alcanzaban sus peores registros; 13,74 kilómetros por hora, frente a los 20,15 que obtenían en la sección de Valdepeñas a Campo de Calatrava. Este hecho se debía a la orografía, algo más difícil en este tramo que transcurría entre pequeños cerros, muchos de ellos de origen volcánico, frente a la plácida llanura de la primera sección. Por otra parte, la baja velocidad de los trenes también estaba motivada por las escasas prestaciones de sus modestas locomotoras de vapor y, sobre todo, por el deficiente estado en que se encontraba la vía férrea, en la que nunca llegó a realizarse la más mínima renovación de carriles y traviesas.
Horario en vigor en el ferrocarril de Valdepeñas a Puertollano en septiembre de 1954. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
El servicio ferroviario siempre fue escaso y como se puede observar en la Guía Horario de septiembre de 1954, estaba reducido prácticamente a su mínima expresión. Únicamente un tren correo recorría a diario la línea en toda su extensión, abandonando los andenes de Valdepeñas a las 7:00 horas para rendir viaje en Puertollano a las 11:36. El regreso se realizaba por la tarde, con salida a las 13:41 y llegada a las 18:17.
Martes, jueves, sábados y domingos también circulaba un tren mixto, con salida de Valdepeñas a las 13:54 y llegada a Puertollano a las 18:30, mientras que los lunes, miércoles y viernes su recorrido se veía limitado entre Valdepeñas y Calzada de Calatrava, con llegada a las 16:02. A la inversa el mixto cubría toda la línea los lunes, miércoles, viernes y domingos, siendo por tanto el último día de la semana el único en el que la línea registraba dos circulaciones completas de ida y vuelta. En este caso, partían de Puertollano a las 6.47 de la mañana, para rendir viaje en Valdepeñas a las 11:23. Los martes, jueves y sábados también circulaba un tren mixto entre Calzada de Calatrava y Valdepeñas, con salida a las 6.33 y llegada a las 8:41.
Una vez al día (dos los domingos), la estación de Campo de Calatrava bullía de actividad al cruzarse en sus dependencias el tren correo con el mixto. Fotografía de Trevor Rowe. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
Los cruces de los trenes mixtos y correos se verificaban en la estación de Calzada de Calatrava, verdadero corazón de este pequeño ferrocarril, salvo con los mixtos de Calzada de Calatrava a Valdepeñas, que lo realizan en Moral de Calatrava.
Debia de ser toda una experiencia impagable subirse a cualquiera de las circulaciones de esta linea y sin ningun tipo de prisa saborear y disfrutar al maximo del viaje,su paisaje,y el material tanto motor como remolcado,desde luego!.La primera imagen creo que captura estupendamente todo el ambiente que se debia vivir en los viajes,solo hay que ponerle un minimo de imaginacion e imaginarse a bordo del mixto,el balanceo de los vagones y el sonido de los carriles mientras la pequeña 0-3-0 resopla incansable en su empeño!
ResponderEliminarUn oriundo del lugar me contaba que se bajaban a coger uvas y se subían en marcha también que se descarrilaba y los viajeros lo encarrila antes los vagones
ResponderEliminarMi famili, incluido yo, lo usabamos mucho. Como transporte de mercancías y de viajer
ResponderEliminarEs cierto lo que dice el anterior comentarista. Por aquí le conocemos como el trenillo de la Calazá
ResponderEliminarAlguien podría indicar donde se encontraba la placa giratoria?
ResponderEliminarLos puentes giratorios se encontraban en ambos extremos de la linea, en Valdepeñas y Puertollano respectivamente. En el libro "Trenes y tranvias en el sur de España" de Jeremy Wiseman hay fotografias de ambos, en el de Valdepeñas girando una locomotora, y el de Puertollano se ve al fondo en una via especifica para este fin, junto a un tren haciendo entrada por la via principal
ResponderEliminarAñado un dato mas, en Calzada tambien habia puente giratorio, puesto que al principio la linea terminaba alli. Sin embargo, cuando fue ampliada hasta Puertollano dejo de usarse, aun cuando la estacion de Calzada quedo en via muerta al haber crecido la población, y la ampliacion hacia Puertollano partia antes de esta. Aun asi, el tren entraba a la estacion de Calzada a dejar a los viajeros/mercancías y despues reculaba hasta el desvio para seguir a Puertollano (leido en el libro "El ferrocarril en la Mancha" de Miguel Antonio Maldonado)
ResponderEliminarEn esta fotografía de blanco y negro, donde se ve a la izquierda el edificio de la estación de Calzada y dos coches de pasajeros, en esa misma vía y muy cerca de allí, al final se encontraba la placa giratoria, todavía se utilizaba en los años 5o y tantos, yo la he visto funcionar, solo giraba la máquina. Soy hijo de un jefe de tren de esa línea y he viajado muchas veces a Calzada, porque allí tenía familia.El transporte de camiones y la falta de inversión se cargaron el ferrocarril.
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