Tren de mercancías remolcado por una locomotora de vapor del ferrocarril de Tudela a Tarazona. Fotografía de Trevor Rowe. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
Hace 131 años, el 1 de enero de 1886 se abrió al público el único ferrocarril de vía métrica construido por la Compañía de Caminos de Hierro del Norte de España, línea que enlazaba Tudela de Navarra con la ciudad aragonesa de Tarazona.
La historia del ferrocarril de Tudela a Tarazona se remonta a la toma de control de las compañías concesionarias de las líneas de Tudela a Bilbao y de Pamplona a Zaragoza y Barcelona por parte de la Compañía del Norte en 1878. El interés de los pueblos beneficiados por la futura línea impulsó a la gran compañía francesa a seguir el ejemplo de los ferrocarriles secundarios de su país de origen, donde, en aquella época, comenzaba a ser común la construcción de pequeños ferrocarriles de vía estrecha que aportaban su tráfico a las redes principales, economizando al máximo en su construcción gracias al uso de un ancho de vía reducido, ahorro que compensaba la penalización que suponía el trasbordo entre ambas redes y, sobre todo, permitía extender los beneficios del nuevo medio de transporte a zonas que, por su baja densidad y producción, nunca habrían podido contar con un ferrocarril convencional de vía ancha.
Tras la implantación de la Compañía del Norte en la zona, los ayuntamientos interesados en la nueva línea como Tudela, Tarazona, Cascante, Tulebras o Murchante se dirigieron a la empresa ferroviaria para proponerle su construcción. La iniciativa fue bien recibida y el 29 de abril de 1882 firmaron un convenio en el que Tarazona se comprometía a aportar 100.000 pesetas, que se sumarían a las 25.000 ofrecidas por Tudela y otras 12.500 pesetas de subvención del consistorio de Cascante. Posteriormente, las Diputaciones de Navarra y Zaragoza también se comprometieron en el proyecto con otras 237.000 pesetas.
Garantizado el apoyo económico de las instituciones locales, Norte solicitó al gobierno la oportuna concesión, que fue otorgada mediante una Ley promulgada el 13 de agosto de 1882. Dada la facilidad del terreno a recorrer, que no presenta accidentes geográficos dignos de mención, las obras pudieron ejecutarse sin grandes contratiempos de modo que la nochevieja de 1885 el tren inaugural pudo recorrer los 21.389 metros que separan Tudela de Tarazona. Al día siguiente, 1 de enero de 1886, se inició el servicio comercial de viajeros y mercancías. Desde entonces, tres servicios diarios en cada sentido atendieron la demanda de transporte ferroviario de las poblaciones servidas por sus vías, facilitando con el trasbordo en Tudela, la conexión con Zaragoza, Pamplona o Bilbao.
Tan importante como el transporte de viajeros fue el de mercancías, sobre todo de los productos agrícolas procedentes de las ricas huertas regadas por el río Queiles que bordeaban la línea, a los que con el cambio de siglo se sumó la demanda de remolacha por parte de la azucarera de Tudela, establecida en el año 1900.
Durante décadas, el ferrocarril de Tudela a Tarazona fue explotado por la Compañía de Caminos de Hierro del Norte de España, empresa que también operaba en el País Valenciano otro ferrocarril de vía métrica de similares características aunque de mayor longitud, ya que también aportaba sus tráficos a sus líneas de vía ancha: el de Carcaixent a Dénia, construido por la antigua compañía del ferrocarril de Almansa a Valencia y Tarragona. Sin embargo, la nacionalización de todos los ferrocarriles de vía ancha y la constitución, en febrero de 1941 de la empresa pública Renfe, implicó un cambio radical en esta situación. Aunque en un principio, al igual que todas las demás líneas de vía ancha explotadas por Norte, ambos ferrocarriles de vía métrica se integraron en Renfe, en diciembre del mismo año se decidió segregarlos e integrarlos en la Explotación de Ferrocarriles por el Estado, hecho que dificultó el desarrollo de los tráficos combinados.
Curiosamente, a los pocos años de que el ferrocarril de Tudela a Tarazona fuera expulsado del seno de Renfe por el hecho de contar con un ancho de vía inferior al normal, la línea se reintegró en la empresa estatal, eso sí, tras realizar cuantiosas inversiones para ensanchar su vía, operación que también implicó alguna pequeña modificación del trazado y la construcción de nuevos edificios en las diferentes estaciones del trayecto. En una fecha tan señalada para los navarros como es el 7 de julio, en este caso de 1952, se inauguraba nuevamente el ferrocarril de Tudela a Tarazona, en esta ocasión con vía ancha.
Lamentablemente, la inversión realizada para ensanchar la vía del ferrocarril de Tudela a Tarazona no llegó a ser de gran utilidad. El progresivo desarrollo de los transportes mecánicos por carretera le arrebataron todos los tráficos. De este modo, otra vez una Nochevieja, la del año 1971, se suspendía el servicio de pasajeros en la línea y, aunque se mantuvo por unos años el esporádico paso de algún tren de mercancías, finalmente se procedió a la definitiva clausura y levante de las instalaciones, años después reconvertidas en Vía Verde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario