Fotografía de fábrica de los tractores Berliet modelo RCLA como los utilizados en el trenet de Valencia. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
Berliet era, desde principios del siglo XX, un reputado constructor de automóviles y vehículos industriales con sede en Venissieux, cerca de Lyon. El final de la Primera Guerra Mundial trastocó notablemente sus negocios, ya que las tropas expedicionarias norteamericanas inundaron el mercado francés de vehículos que apenas se habían empleado en el conflicto, al optar por venderlos de ocasión en lugar de repatriarlos. Para buscar nueva carga a sus talleres, Berliet decidió aventurarse en el mercado ferroviario con la construcción de diversos modelos de automotores y locomotoras de maniobras. En España, fueron los ferrocarriles de vía métrica de Valencia los primeros en adquirir, en 1924, sus nuevos productos.
La
Compañía de Tranvías y Ferrocarriles de Valencia explotaba un grupo de líneas
de vía métrica que enlazaban la capital del Turia con diversas poblaciones de
su entorno, en concreto, Lliria, Bétera y Rafelbunyol, así como con el puerto del
Grao. A partir de 1917 esta empresa procedió a la progresiva sustitución de la tracción vapor por la
eléctrica.
Una
vez electrificada esta red ferroviaria, las locomotoras de vapor quedaron
relegadas al servicio de maniobras en las principales estaciones, así como en
el puerto de Valencia, hasta que en 1924 la Compañía de Tranvías y
Ferrocarriles de Valencia decidió su definitiva sustitución mediante la
adquisición de tres pequeños tractores Berliet del tipo RLCA. En este sentido, aunque en un reciente libro conmemorativo del centenario del trenet de Castelló de la Ribera, se afirma que estos tractores fueron adquiridos en 1927 y que, además, eran del modelo RLCH, no hay duda que fueron construidos en 1924. De hecho, en el Museo Vasco del Ferrocarril hay información documental de un viaje realizado por técnicos de la Compañía de los Ferrocarriles Vascongados a Valencia en septiembre de 1924, para estudiar en directo estos vehículos, que ya trabajaban en el servicio de maniobras en las principales estaciones del trenet. Como fruto de esta expedición, en diciembre del mismo año Vascongados decidió comprar dos locomotoras Berliet RLCA.
El
mismo año en que adquirió los tres tractores de gasolina Berliet, la Compañía
de Tranvías y Ferrocarriles de Valencia tomó el control de dos pequeñas empresas
que explotaban el ferrocarril de Valencia a Castelló de la Ribera y un
modesto tranvía entre esta última población y La Pobla Llarga, respectivamente.
En concreto, este último servicio había sido establecido con el fin de mejorar
las comunicaciones de Castelló, importante población de la
Ribera valenciana, mediante el enlace con la estación del ferrocarril de
Valencia a Almansa en Pobla Llarga.[1]
Obtenida la oportuna concesión el 22 de mayo de 1895, esta pequeña línea vía
métrica, 4.044 metros de longitud y explotada con motor de sangre, fue
inaugurada el 1 de marzo de 1896.[2]
Plano de un tractor RLCA Berliet dotado de freno de aire comprimido. Dibujo de Pedro Pintado Quintana
La
inauguración, el 11 de julio de 1915, de
la prolongación del ferrocarril de vía métrica procedente de Valencia, entre
Alberic y Castelló de la Ribera modificó sustancialmente la existencia del
pequeño tranvía a Pobla Llarga, ya que las comunicaciones con la capital de la
provincia se vieron sustancialmente mejoradas al no ser necesario el trasbordo
a los trenes de vía ancha de la Compañía del Norte.
Placa de construcción de un tractor Berliet RLCA, en este caso, un año más moderno que los valencianos, ya que fue suministrado en 1925 a los Ferrocarriles Vascongados. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
Una
vez bajo su control, la Compañía de Tranvías y Ferrocarriles de Valencia
decidió modernizar la tracción del tranvía, ya que la explotación mediante
el motor de sangre resultaba anticuada y muy onerosa. Para ello remitió de inmediato a
esta línea varios de sus nuevos tractores Berliet,[3] vehículos
que circularon en el tranvía de Pobla Llarga remolcando composiciones, tanto de
viajeros como de carga, hasta la definitiva clausura de esta línea a principios
de los años treinta del pasado siglo.
Plano de un tractor Berliet del trenet, tras su adaptación a la tracción eléctrica. Dibujo de Pedro Pintado Quintana
Tras la clausura del tranvía, los tractores Berliet
fueron transferidos a la línea ferroviaria de Valencia a Castelló de la Ribera, donde se utilizaron en servicios auxiliares y de maniobras. Al
parecer, tras la guerra civil sus motores de gasolina originales fueron
reemplazados por otros diesel de mayor potencia y, sobre todo, de explotación
más económica. Pero sin lugar a dudas, la modificación más importante que
experimentaron fue la realizada a mediados de los años cuarenta, época en la
que sufrieron una reconstrucción radical tras la cual se vieron transformados
en pequeños tractores eléctricos.
En efecto, entre 1946 y 1947, y cuando la línea de
Villanueva de Castellón se encontraba en pleno proceso de electrificación, se
procedió a la radical transformación de los pequeños Berliet, de los que
únicamente se aprovecharon los bastidores, órganos de rodadura, choque y
tracción así como la cabina de conducción, que fue desplazada al centro del
vehículo. El antiguo motor térmico fue sustituido por dos motores tipo GE-58
procedentes de los tranvías de la ciudad de Valencia, colocándose un arco de
lira sobre el techo de la cabina como toma de corriente, mientras que dos
capotas extremas daban a los nuevos tractores un aspecto muy similar a las
clásicas locomotoras «boîte-à-sel», francesas. La primera unidad que
experimentó esta transformación fue la T-10, que entró en servicio en 1946,[4] y una
vez comprobado que los resultados de la operación eran satisfactorios, se
procedió a modificar los otros dos tractores, que un año más tarde comenzaron a
circular como tractores eléctricos.[5]
Tractor T-11 fotografiado en los talleres de Pont de Fusta. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
Con
su nuevo sistema de tracción y un aspecto muy diferente al original, los
tractores Berliet, matriculados como T-10 a T-12, continuaron prestando
servicios auxiliares en la línea de Valencia a Castelló de la Ribera, aunque
el T-11 fue transferido a las líneas situadas al norte de la capital a
principios de los años setenta.
Los
tractores eléctricos construidos a partir de los equipos de los viejos Berliet
prestaron servicio en Valencia hasta mediados de los años ochenta, cuando
fueron dados de baja definitivamente. De ellos, únicamente se ha desguazado el
T-12, ya que el T-11 fue adquirido por un particular[6] y el
T-10 fue preservado de cara a su inclusión en el futuro Museo del Transporte de
Valencia, aunque en la actualidad se encuentra situado en un singular pedestal
a la entrada de los talleres que los Ferrocarriles de la Generalitat Valenciana
disponen junto a la estación de su línea 1 del Metro en València Sud.
El Museo Vasco del Ferrocarril conserva un tractor Berliet RLCA idéntico a los del trenet valenciano, aunque éste fue construido en 1925 para los Ferrocarriles Vascongados. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
[1] Línea explotada en aquella época por la
Compañía del Norte. Hay que tener en cuenta que en aquel momento, todavía no se
había construido el ferrocarril de Valencia hasta Villanueva de Castellón.
[2] Esteban Gonzalo, «El tranvía de Villanueva de
Castellón a Puebla Larga», A todo vapor
Nº 38, pp, 18-19.
[3] Algunas obras señalan la fecha de 1918, pero
es evidente que este dato no es correcto ya que de hecho, era imposible que
Berliet hubiera construido estos vehículos en dicha fecha cuando su
introducción en el sector de construcción de material móvil ferroviario no se
produjo hasta el año 1922.
[4] Compañía de Tranvías y Ferrocarriles de
Valencia, Memoria del ejercicio 1946,
p. 10.
[5] Compañía de Tranvías y Ferrocarriles de
Valencia, Memoria del ejercicio 1947,
p. 11.
[6] Su nuevo propietario instaló en la locomotora
los equipos de tracción de una carretilla eléctrica Fenwick, a fin de poder
circular con ella en un pequeño circuito instalado en los terrenos de su casa
de campo.
Sencillos,pero con un enorme encanto y robustez estos pequeños tractores,y sorprendente su transformacion posterior a traccion electrica,pero,conservando,por supuesto a pesar de su gran diferencia estetica todo su encanto.¿El T 11 de la imagen,llego a contar originalmente con el pantografo de arco de lira al igual que T 10,o se le doto de origen desde su transformacion con el romboidal?
ResponderEliminarDe origen todos llevaban liras. Al 11 se le montó el pantógrafo de un fabiolo en sus últimos años de servicio
EliminarMuchas gracias por la aclaracion,la duda me venia por la diferencia,aunque muy escasa (1 año mas o menos) de la transformacion de los 2 siguientes ejemplares,si ya habrian recibido el pantografo romboidal desde el inicio.La penultima imagen,Berliet T 11 en servicio de maniobras,aparece remolcando un "Fabiolo"(ni no me equivoco),dado su origen Belga, entonces precisamente fue una de aquellas unidades quienes le suministro dicho pantografo,aprovecho para felicitarte por las estupendas imegenes,por supuesto
EliminarUn poco tarde para comentar, pero ahí va: Veo que el empate del tractor Berliet RLCA según el plano de Pedro Pintado es de 2305 mm y en cambio el empate del tractor T10 o T11 es de 2000 mm. ¿Se modificó la distancia entre ejes al hacer la conversión ? Gracias. Y gracias otra vez por tu artículo.
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