Páginas

viernes, 8 de marzo de 2013

EL PATIO DE MI CASA, ES PARTICULAR

Vista de la fachada de la antigua estación de Bilbao-Aduana

Parafraseando la popular canción infantil, mi buen amigo y maestro Juan Ramón Areitio siempre me decía que el patio de su casa era muy particular... ¡ya que en su interior había toda una estación!
Detalle de la fachada de la estación de Bilbao-Aduana. Salvo el reloj, no hay más elementos que hagan pensar que, tras ese portal, se encontraba una de las estaciones ferroviarias más activas de España

En efecto, la casa natal de Juan Ramón Areitio no era otra que la estación de Bilbao-Aduana, situada en el número 2 de la bilbaína calle de la Esperanza. La cuestión es que, para cualquier viandante algo distraído, resultaba difícil percatarse de que aquel edificio era, en realidad, una estación ferroviaria. Su fachada, alineada con la de los restantes edificios de la calle era muy similar a la de las fincas vecinas y, salvo por la presencia de un discreto reloj, era difícil adivinar, a simple vista, que tras ella se encontraba una de las estaciones con mayor tráfico de España. Sin embargo, era suficiente penetrar en lo que parecía un portal más, para observar elementos propios de una terminal ferroviaria como taquillas, tablones de horarios y, sobre todo, un amable portero que controlaba los billetes de los viajeros. Una vez en el andén, el ambiente presentaba una extraña mixtura protagonizada por el movimiento de los automotores de los Ferrocarriles y Transportes Suburbanos, con escenas propias de un patio de vecinos, incluida la ropa tendida en los balcones.
Vista aérea del patio del portal del número 2 de la bilbaína calle de La Esperanza. Fotografía de Eduardo González Iturritxa

Los orígenes de esta singular estación se remontan al año 1887, cuando se inauguró el ferrocarril de Bilbao a Las Arenas. La primera estación de este ferrocarril en la capital vizcaína se encontraba en los terrenos del antiguo convento de San Agustín, a espaldas del actual ayuntamiento, una zona que, entonces, no era muy céntrica. Pocos años después, este pequeño ferrocarril fue adquirido por la Compañía de los ferrocarriles de Santander a Bilbao que, de inmediato, se propuso mejorar la centralidad de su terminal bilbaína. Para ello, solicitó al gobierno la preceptiva concesión para construir un ramal desde Matiko hasta la calle de la Esperanza.
Primitiva estación de Bilbao-San Agustín, punto de origen de los trenes de Bilbao a Las Arenas y Plencia entre 1887 y 1904. Dibujo de José Vicente Coves Navarro

Otorgada la concesión el 22 de agosto de 1901, la mayor parte de los 1.280 metros de recorrido de la línea entre Matiko y La Esperanza transcurría en túneles, en concreto dos galerías aptas para doble vía de 564 y 421 metros respectivamente.La estación terminal se estableció en pleno corazón del casco viejo bilbaíno, junto a la iglesia de San Nicolás y la primitiva sede central del Banco de Bilbao, en concreto, en las instalaciones de la antigua Aduana, hecho por el que sería bautizada con el nombre de Bilbao-Aduana. El primitivo edificio fue remozado bajo la dirección del arquitecto Severiano Achúcarro, quien situó en su planta baja las dependencias necesarias para el tráfico ferroviario: taquillas, gabinete de circulación y salas de espera, mientras que los pisos superiores fueron habilitados como viviendas para empleados.
Locomotora Esperanza, bautizada con este nombre en homenaje a la nueva estación de la calle de La Esperanza. Archivo Municipal de Getxo

La inauguración de tan importante obra se verificó el 1 de julio de 1904, y al día siguiente la noticia quedó puntualmente recogida en El Noticiero Bilbaíno:

Las personas que fueron ayer a Las Arenas, inauguraron la nueva estación de la Aduana, que cuenta con dos amplios andenes de 80 metros de longitud cada uno y tres de anchura, cubiertos con elegante marquesina estilo modernista.

Hay en la estación tres vías que terminan en la placa giratoria, cerrada en túnel, donde se hará el cambio de máquinas.

Al terminar los andenes comienza el túnel de la Esperanza, que unido al llamado del Gas y al de Matico, cuenta 1.100 metros de longitud. Los dos primeros túneles van unidos por una bóveda de 48 metros, al descubierto, y termina el de Matico muy cerca de la nueva estación del mismo nombre. Van revestidos de bóveda de rajuela en toda su extensión, y alumbrados con bombillas de luz eléctrica convenientemente colocadas a tresbolillo. La boca de entrada del primer túnel, que es un arco rebajado, está trabajada en sillería y sillarejo con gran esmero.

El estilo de la nueva estación, que por la Compañía se denomina de «La Aduana», es semejante al seguido en la construcción de la del ferrocarril de Santander a Bilbao por el señor Gorbeña, autor así mismo de esta nueva, de más difícil ejecución, según los técnicos, y que ha merecido los justos y unánimes elogios para el autor y director de los trabajos. El del túnel sobre todo, es un verdadero alarde de valentía, de talento y de precisión.

El servicio empezó a las 5,23 de Bilbao, saliendo la locomotora Matico número 3, y a las 5,22 de Las Arenas, con la Deusto, número 5. Las facilidades de la nueva estación aumentará el número de viajeros.

Tal y como vaticinaba el cronista, la nueva terminal contribuyó en gran manera a incrementar el número de viajeros de la línea, que pasó de los poco más de 850.000 el año 1901, al millón y medio de 1906. Por su parte, tras la inauguración, la antigua estación de San Agustín fue relegada al servicio de mercancías. Sin embargo, en septiembre de 1906 recuperó durante algunos unos días su primitivo protagonismo como consecuencia de unas lluvias torrenciales que el día 10 de dicho mes provocaron el desbordamiento del arroyo de La Curtiduría y la inundación del túnel de la Esperanza y de la propia estación de Bilbao-Aduana.
Automotor MAB-13, con una composición clásica de coches de madera, fotografiado en la estación de Bilbao-Aduana. Fotografía de Raymond Hubert

Lamentablemente, las obras de construcción del Metro de Bilbao implicaron el derribo de esta singular estación a principios de los años noventa.

Otra vista de la fachada principal de la estación de Bilbao-Aduana. Fotografía de Juan Bautista Cabrera


3 comentarios:

  1. Muy buena entrada. Me encanta esa estación. No sé que futuro tendrá

    ResponderEliminar
  2. Cuantas veces habré pasado por esta estación.........si se !!!,supongo que con la llegada de la linea 3 del metro volvera a ser remodelada esta estación,no?

    ResponderEliminar
  3. Como ya sabemos, fue remodelada y transformada en la actual Zazpikaleak.

    ResponderEliminar