Antigua estación de Derio. Tras el edificio de viajeros se observan las instalaciones del camposanto de esta localidad vizcaína
Hoy, primero de
noviembre, y como todos los años, el centenario ferrocarril de Bilbao a Lezama registrará un importante aumento de la demanda, ya que serán muchos los vizcaínos que optarán por viajar en
tren para honrar a sus difuntos en el camposanto de Derio.
Diariamente, los trenes de EuskoTren que atienden la línea de Bilbao a Lezama pasan frente a las puertas del mayor cementerio de
toda Vizcaya. Éste no es un hecho casual, por el contrario, la antigua empresa
concesionaria que impulsó la construcción de este ferrocarril jugó un papel decisivo en la ubicación de este importante servicio público. En
efecto, para garantizar la rentabilidad del negocio, y ante la baja densidad
demográfica del entorno, sus promotores pensaron que tan buenos clientes podían
ser los vivos como los difuntos y, por ello, decidieron participar en un
concurso público que había organizado el ayuntamiento de Bilbao para la
adquisición de los terrenos necesarios para la construcción de un nuevo
camposanto, ante la saturación de los existentes en la villa. La oferta de la
empresa ferroviaria fue aceptada por el consistorio y, desde ese momento, el
negocio alcanzó cierta prosperidad.
La estación de Bilbao-Calzadas contaba con capillas de primera, segunda y tercera clase, que realizaban la función de tanatorio
El transporte de difuntos, y también
el de sus afligidos deudos, alcanzó un notable desarrollo, tal y como señalaba la Gaceta de los Caminos de Hierro en su
edición del 8 de noviembre de 1908, al afirmar que «este transporte constituye
una de las principales bases del negocio y da lugar a que se designe la línea
con el nombre de "ferrocarril de los muertos", pues han de desaparecer los
carruajes fúnebres, innecesarios por hallarse la estación en sitio céntrico de
la capital».
Coche fúnebre de primera clase del ferrocarril de Bilbao a Lezama
En octubre de 1908, tras la
inauguración del nuevo trazado que eliminaba el tortuoso itinerario original a través de
Begoña, gracias a un túnel perforado bajo las entrañas de Archanda, la empresa
concesionaria decidió implantar un servicio especializado de trenes fúnebres,
descrito por el diario El Nervión en
los siguientes términos:
Concretamos las actuales notas, al servicio especial
que el ferrocarril de Lezama presta para las conducciones de cadáveres
–conducciones que van siendo ya muy frecuentes- y para las visitas que en todas
las épocas, pero principalmente en los días 1 y 2 de noviembre, hacen los vivos
a los muertos.
Lindando con el andén, y con entrada aparte de la
destinada a los viajeros, hay una capilla y a la vez depósito de cadáveres,
donde el ataúd puede permanecer sobre una de las cuatro mesas de mármol que allí
existen, durante el tiempo que medie desde su llegada hasta que salga el tren
que lo ha de conducir. En ese transcurso de tiempo pueden ser rezados responsos
en el citado local y hasta convertir éste en capilla ardiente.
El transporte del cadáver se hace, bien en tren
especial, a la hora que desee la familia del finado, o bien en cualquiera de
los trenes ordinarios que salen de Bilbao a las 9.46 de la mañana, 12.03, 3.10
y 7.12 tarde, y se tarda unos veinte minutos en llegar a Derio, estación en la
que existe un apartadero especial con salida situada enfrente de la puerta del
camposanto.
La Compañía del ferrocarril dispone de severos y
elegantes coches fúnebres, en los que, además de la capilla donde va colocado
el féretro sobre peana giratoria, hay uno o dos departamentos extremos para los
acompañantes. Cuando el número de éstos lo exige se engancha al coche fúnebre
otro carruaje de los destinados para el servicio de pasajeros. La Compañía
facilita gratuitamente a los acompañantes el billete de ida y vuelta a Derio.
Cruce de un automotor serie MAB con una unidad serie 100 de los antiguos Ferrocarriles y Transportes Suburbanos de Bilbao en la estación de Derio
Para tan peculiar servicio, único
en su género en España, los talleres fundados por el empresario Mariano de
Corral construyeron un total de tres coches fúnebres de primera, segunda y
tercera clase respectivamente. El primero, lujosamente decorado con maderas
talladas y cristales esmerilados, tenía capacidad para un único finado y
disponía de un coqueto saloncito para los acompañantes. El segundo contaba con
dos peanas para ataúdes y dos departamentos para los respectivos familiares,
mientras que en el último podían transportarse diez cadáveres sin espacio para
los deudos del difunto.
El transporte de cadáveres en el
ferrocarril de Lezama se mantuvo hasta la posguerra, momento en que el
desarrollo de los transportes mecánicos por carretera tomó el relevo al tren en
este campo. Sin embargo, en la actualidad, el día de Todos los Santos sigue
marcando todos los años la punta de tráfico del pequeño tren de Lezama al
ser utilizado masivamente por los bilbaínos en esta señalada jornada de recuerdo
a sus difuntos.
Locomotora "Bilbao", construida por Krauss para el ferrocarril de Lezama
Muy interesante el articulo,, la verdad que desconocia una situación asi...!!!
ResponderEliminarUna historia que muy poca gente conoce (y que merece ser compartida).
ResponderEliminarConocía la existencia de la Metropolis Line en Londres, pero acabo de enterarme de esto que estaba más cerca! ¿Hay alguna bibliografía al respecto que pudiera ser compartida aquí? Muchas gracias
ResponderEliminarJuanjo, como siempre, nos sorprendes . Ni idea de este servicio
ResponderEliminarInteresante y desconocido . Digno de ser conocido .
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